Una buena amiga nos regaló hace poco tiempo La geometría de los silencios, de Carla Berrocal y Marc Buleon, un cómic que habla del autismo con mucha sensibilidad y desde una mirada diferente. La obra es, de hecho, una publicación de la muy activa Asociación Autismo Ávila, que la editó bajo el sello editorial La Estrella Azul. Su guionista, Marc Buleon, sabe de lo habla de primera mano. Concibió su historia después de 12 años trabajando con personas autistas. Pero además, y como el mismo confesó recientemente en una entrevista a RTVE, su autor se considera un "narrador oral". Él mismo explica la génesis del cómic:
En 2003, creé un festival de cuentos en un pequeño pueblo cerca de Nantes (Francia). Allí había ese lugar que ahora llamo "La casa pequeña", un lugar para acoger 8 personas adultos con autismo, un lugar sin carga de trabajo, un lugar dedicado al desarrollo personal. (...) Para el festival, programé la participación de una mujer que contaba cuentos bailando, una danza con muchos gestos, como un mimo. El impacto fue tan fuerte que la directora del establecimiento me propuso un proyecto respecto a los cuentos.El resultado fue la creación de 3 espectáculos donde actuábamos juntos frente a un público muy entusiasta. Pero ellos tienen una discapacidad tal, que era muy difícil organizar los desplazamientos para actuar en los festivales de cuentos u otros teatros lejos de la casa pequeña. La verdad es que no podíamos actuar más de 3 o 4 veces por año. Yo quería que mucha gente pudiese conocer a mis amigos con autismo. Entonces la única posibilidad era de crear un espectáculo en el que yo solo cuento sus vidas, sus amores, sus miedos… Más tarde ese espectáculo se convirtió en este cómic. La geometría de los silencios es la historia (imaginaria) de seis personajes con autismo. El cómic funciona como un collage narrativo de experiencias vitales (desde la niñez hasta la edad adulta) que terminan por encontrarse en aquella Casa Pequeña de la que Buleon hablaba en su entrevista. De este modo, la historia se construye, de forma no lineal, como una suerte de relato de vidas cruzadas, con el autismo (compartido) como elemento estructurador de fondo. Será esta misma deconstrucción argumental y secuencial la que refleje de forma eficiente la mirada subjetiva de sus protagonistas: a través de sus palabras y de sus vivencias seremos capaces de reconocer sus dificultades y su sufrimiento a la hora de vivir esos acontecimientos cotidianos que la mayoría pasamos por alto; pero a través de su punto de vista descubriremos también la enorme capacidad de afecto que puede esconderse detrás de unos silencios y miradas que nos invitan a aprender nuevos lenguajes y a manejar gestos comunicativos hasta entonces desconocidos.
Carla Berrocal es la encargada de insuflar coherencia visual a este universo íntimo y complejo que describe Buleon. Lo hace con un dibujo sencillo, que también reproduce cierto efecto collage, y con una viva paleta de colores planos en la que destacan combinaciones insólitas de tonos verdes pistacho, azules violáceos y amarillos mango.
En el prólogo a la obra, Miguel Gallardo describe con emoción la filosofía última, catártica y terapéutica, que se encierra en las páginas de La geometría de los silencios:
Al final, lo que nos mueve a todos, dejando aparte las dificultades que tengamos para vivir nuestra vida, es lo mismo: todos necesitamos que alguien nos quiera; todos necesitamos importarle a alguien. Necesitamos que nos escuchen y que nos abracen de vez en cuando, necesitamos las mismas emociones, los mismos sentimientos para todos; eso es lo que nos hace humanos, y no la inteligencia ni la capacidad de triunfar o de alzarse sobre los demás.