“La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede separarse de la cuestión de qué tipo de personas queremos ser, qué tipo de relaciones sociales buscamos,
qué relaciones con la naturaleza mantenemos, qué estilo de vida deseamos o qué valores estéticos sostenemos.
David Harvey, Ciudades Rebeldes
Hay que gestionar las ciudades y hay que gobernar a los ciudadanos, por eso, tanto en el gobierno como en la política , “el arte es gobernar un espacio público compartido lleno de contradicciones”. Y las ciudades son el espacio real donde tiene lugar la gobernanza, donde se instalan tangiblemente las instituciones. Gobierno, gobernabilidad y gobernanza son cosas distintas y deben diferenciarse cuando se habla de ciudades.
Gobernabilidad y Gobernanza
Hay dos conceptos complementarios: i) Gobernabilidad, que entiende que es posible gobernar fortaleciendo las capacidades de los gobiernos, mejorando los instrumentos y desbloqueando los poderes gubernamentales. Es la capacidad de gestionar una sociedad, el público y sus ciudadanos. ii) Gobernanza, que entiende que ni siquiera dotar de capacidades al gobierno y al estado es suficiente para gobernar y gestionar la complejidad de la sociedad actual. La gobernanza son los factores, las reglas vigentes que se coordinan para producir un bien, una política pública.
La gobernabilidad es, por tanto, un asunto público entre públicos. Es un partido político de oposición dando el gobierno a otro en el poder, o regidores dándoselo al presidente municipal para el buen funcionamiento de un gobierno. Y esto sigue siendo un factor clave.
La gobernanza surge cuando los gobiernos no pueden hacerlo todo, y cuando el sector privado y el tercer sector empiezan a asumir las funciones de gobierno. Es cuando el gobierno se retira a sus funciones esenciales; es decir, cuando el ogro filantrópico se pone a dieta.
¿Para qué sirve la gobernanza?
La gobernanza es fundamental para que el gobierno local tenga la capacidad de generar confianza y gestionar con legitimidad los bienes públicos y pueda gobernar con la máxima participación de los actores estratégicos, como las administraciones de otros niveles territoriales, el sector privado, la sociedad receptora y turistas Sin gobernanza, o sin un sistema de estímulo en la sociedad, de colaboración en función de un fin común, no es posible lograr una sociedad armónica y eficaz.
¿Cómo se hace tangible la gobernabilidad y la gobernanza?
Esencialmente, la gobernabilidad es a través de la relación entre la presidencia municipal y el ayuntamiento, y la gobernabilidad es a través de la creación de instancias de gestión para la generación de ciudadanía donde convergen el sector público y privado, la academia , el tercer sector y los líderes locales. La importancia de la conformación radica en que esta organización tiene, por un lado, los componentes del sistema, es decir, los miembros y, por otro lado, las interacciones que se dan. Cuanto mayor sea el número de miembros, mayor será el número de posibles interacciones. Este es un tema que hay que gestionar, seleccionando los miembros que aportan algún valor per se y en la interacción.
Cómo hacer que la gobernanza sea eficaz
La participación es un tema de moda pero a menudo se confunde participación con asistencia. Lo importante es la participación real en los temas, en el momento, a través de canales donde puedan ser relevantes; es la forma.
Mucho se ha hablado en los esquemas de Destino Inteligente sobre la importancia de la participación de los sectores privado, público, académico, empresarial, institucional y político, así como de los líderes locales. Smart Destinations (con sus pilares de accesibilidad , innovación , tecnología , sostenibilidad y gobernanza ) ha dado cabida a todos estos grupos de interés, pero con un elemento adicional, un organismo de gestión de destino supra, o mejor dicho intra-grupo de interés, para concentrar sobre la gobernabilidad y dejar la gobernabilidad a los políticos y partidos.
Al final, ¿qué estamos buscando?
A veces lo implícito parece contener lo explícito. Este es el ejemplo del Estado; siempre se ha hablado de más estado o menos Estado como concepto político. Seguramente quienes han reflexionado sobre este tema han contemplado implícitamente la generación de bienes públicos. Pero en las discusiones actuales, lo que se ve es que cuando se habla del Estado, se lo analiza como regulador, generador de empleo , proveedor de subsistencia y, más comúnmente, como manzana de la discordia entre sectores políticos opuestos.
La generación de bienes públicos es lo que importa porque esta generación de bienes fundacionales permite la generación de bienes privados, de responsabilidad social y de convivencia. A veces lo implícito no refleja lo explícito. Y cuando no hablamos de los impactos, y seguimos hablando de la causa y del motor, el coche seguirá parado; comenzó, pero se detuvo.
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EJEMPLO: LA GOBERNANZA DE DATOS Y LAS CIUDADES INTELIGENTES EN JAPÓN
Durante 2015, la ciudad de Kakogawa fue calificada como una de las ciudades más peligrosas de Japón, pero la gobernanza de datos ayudó a que se transformara en una ciudad inteligente.
Los ciudadanos le demandaron al gobierno que tomara medidas de seguridad más eficientes; en respuesta, el gobierno municipal trabajó con el Ministerio del Interior y Comunicaciones y empresas privadas, incluidos NEC y el Instituto de Investigación Nikken Sekkei, para lanzar el sistema llamado mimamori.
En 2017 y 2018, la ciudad instaló este sistema, el cual consta de una red con alrededor de 1,500 cámaras colocadas, principalmente, alrededor de escuelas y rutas escolares. También se instalaron aproximadamente 2,000 sensores, tanto en ubicaciones fijas como en 265 vehículos gubernamentales y 176 motocicletas de Japan Post.
El sistema puede detectar a los residentes quienes llevan etiquetas Bluetooth de baja energía para confirmar su ubicación.
La ciudad comenzó a utilizar un marco de componentes de código abierto para impulsar ciudades inteligentes y proteger sus datos. Los datos se cargan en la nube y la información se pone a disposición de voluntarios y familiares a través de la aplicación Kakogawa.
El sistema mimamori ha mejorado la seguridad de esta ciudad, haciendo que los residentes se sientan más seguros, la tasa criminal cayó por debajo del promedio, e incluso permitió resolver varios casos de gente desaparecida.
Gobernanza de Datos en la “Smart City” de Japón
Como era de esperarse la población de Kakogawa comenzó a preocuparse por la posible filtración de sus datos (fotografías, videos, las rutas que tomaban para ir a su trabajo, etc.) y exigió al gobierno, tener control sobre esa información.
El Ministerio de Economía, Comercio e Industria eligió a la compañía Suga durante el C4IR (Centro del Foro Económico Mundial para la Cuarta Revolución Industrial de Japón) para gestionar la gobernanza de datos de la ciudad.
Suga se centra en facilitar el consenso global sobre la gobernanza de datos, con grupos de expertos en salud, ciudades inteligentes y movilidad.
La gestión de esos datos es cada vez más importante en medio de la expansión de la Sociedad 5.0, definida por la Oficina del Gabinete como «una sociedad centrada en el ser humano que equilibra el avance económico con la resolución de problemas sociales mediante un sistema que integra altamente el ciberespacio y el espacio físico».
Durante 2019 en el Foro de Davos, el primer ministro Abe Shinzo, aseguró que su administración prepararía la «pista de Osaka para la gobernanza de datos».
Los líderes del G20, junto con el entonces director general de la Organización Mundial del Comercio, Roberto Azevêdo, se unieron a Abe durante la cumbre del G20 en Osaka para discutir la importancia de la economía digital para elaborar reglas sobre gobernanza en el tráfico internacional de datos bajo el lema Data Free Flow With Trust (DFFT).
Gobernanza de Datos en las Ciudades Inteligentes (Smart Cities)
A medida que más y más municipios en Japón y en el extranjero recurren a soluciones de ciudades inteligentes para abordar problemas sociales, como: servicios públicos, administración de recursos naturales, transporte público, eficiencia energética, servicios públicos, desarrollo sostenible y desarrollo económico, el volumen de datos que generan las cámaras y otros tipos de sensores está experimentando un crecimiento explosivo.
¿Cuáles son las características del gobierno en las ciudades inteligentes? Apoyado en la generalización y el desarrollo de tecnologías como Internet de las Cosas, el Big Data o la Inteligencia Artificial, el modelo de Smart City avanza con importantes cambios en lo que hasta ahora consideramos gestión pública y que apostará por nuevos procesos en la toma de decisiones.
Un reciente estudio de PwC, “Smart data governance: the key to realizing smart city potential”, asegura que las ciudades inteligentes que tengan más éxito en esta cruzada serán aquellas que tengan presente siete niveles de gestión de datos:
● Categorías
● Consentimiento
● Recopilación
● Anonimización
● Almacenamiento
● Acceso
● Monetización
Este informe señala que, a la hora de utilizar los datos, las ciudades deben tener una premisa clara: las personas deben entender, de una manera fácil, quién hará qué con sus datos y cuáles son los beneficios que obtendrá con ello.
En este punto, la consultora advierte que las cuestiones de privacidad e intimidad cada vez preocupan más a los ciudadanos, quienes no quieren tener la sensación de vivir en una vigilancia permanente.
Uno de los ejemplos donde sucedió esto fue Toronto, donde muchos habitantes mostraron recelo por algunas de las iniciativas que se estaban poniendo en marcha.
¿La solución? Asignar la protección de los derechos de los ciudadanos a un “funcionario de la ciudad de confianza, no partidista y de alto nivel” en este caso el secretario municipal.
Eso, según el informe de PwC, puede garantizar que la estrategia de gobernanza se implemente adecuadamente para proteger la privacidad y dar al público la confianza de que sus datos están seguros.
Es decir, que las ciudades saben que en el manejo de la información reside buena parte de su futuro como urbes. Pero ese tratamiento tiene que hacerse en colaboración con muchos otros organismos y teniendo siempre presente el beneficiario de todas estas políticas: el ciudadano.
Las ciudades inteligentes se caracterizan por la transparencia utilizando plataformas “Open Data” que permiten a los ciudadanos un acceso directo a toda la Información, pero a su vez haciéndolo de forma segura por medio de la gobernanza de datos.
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