El presbítero zuliano recibió golpes en la cabeza y el abdomen. Está recluido en una clínica de la ciudad tras ser trasladado del Hospital Noriega Trigo, donde lo dejaron los supuestos agresores.
Desde la sala de emergencia, contó que estaba mareado y adolorido, y pidió a su hermana María Palmar, quien lo acompañó en la manifestación, contar lo sucedido.
La mujer, empleada de la Universidad del Zulia, relató que una vez la protesta llegó al puente Perijá 1, en la Circunvalación 1, funcionarios de la Policía Regional reprimieron la manifestación con perdigones, pero detrás habían “personas armadas” que atacaron a los manifestantes.
“Yo corría a esconderme con mi hija, cuando vi que él (padre Palmar) estaba tirado en el pavimento, ya había sido agredido por los colectivos. Nos abalanzamos encima de él para protegerlo hasta que llegaron funcionarios de Polisur y ordenaron a las mujeres a que nos apartaran y nos tiraron en una camioneta en la parte de atrás. Y comenzaron a golpearnos los colectivos por mandato de los policías, ellos eran los que los mandaban”.
Relató que a su hermano lo metieron dentro de la camioneta y lo comienzan a golpear los funcionarios de Polisur en el trayecto hasta llegar al Hospital Noriega Trigo, donde los dejaron en la emergencia.
“Lo golpearon los mismos de Polisur. Yo me metí dentro de la patrulla y también me golpearon. Yo no lo dejé solo. Entró un hombre con pasamontaña (al vehículo) que nos golpeaba con el puño cerrado. Era un ensañamiento. Tenían mucho odio, nos maldecían”, dijo Palmar mientras se ahogaba en su llanto y mostraba los moretones en su brazos.
¿Van a denunciar? El padre, quien era atendido por los médicos, no guardó silencio y respondió: “¿A quién? ¿A dónde?”
La señora alzó la voz y dijo: “¿A quién vamos a denunciar, a quién, a quién?. De qué vale que vaya a revivir ese momento tan feo para denunciar. ¿Quién va a hacer algo por nosotros?”.