Revista Educación

La gota que colmó el vaso

Por Siempreenmedio @Siempreblog
La gota que colmó el vaso

Es aterrador ver la cantidad de problemas mentales, que están provocando el sufrimiento máximo y la muerte a muchas personas, incluidas las más jóvenes, esas que pensamos que están justo en el momento de disfrutar, de querer comerse el mundo. La rebeldía parece estar siendo sustituida por la resignación y el abandono a lo que quiera el destino. Sí, cada vez se habla más de salud mental, se reclaman psicólogos en los centros de salud y en los colegios. Gente conocida se confiesa en horario de máxima audiencia y desnuda su ansiedad o depresión. Pero luego, en las calles, seguimos caminando sin mirar a los lados. Con prisa por llegar a no se sabe dónde, con la creencia profunda de que nuestra vida tiene un sentido determinado y pobre de quien no lo encuentre. Comer, beber, encontrar un refugio para la noche ya no son motivos suficientes para un ser humano para luchar y seguir viviendo.

En ese mismo camino en el que estamos todos, buscando quién sabe qué, la mayoría de seres intenta quedar por encima de los demás, critica, humilla, deja de ayudar, no socorre, no valora, elige el grito sobre el discurso moderado. Podría parecer que no ocurre nada si reclamamos con acritud algo, aunque tengamos la razón, que reírnos de alguien es divertido, que humillar a otro para "demostrar" que somos mejores no tendrá ninguna consecuencia, que poner la zancadilla al otro para quedar bien es una tontería. Cada una de esas acciones puede ser la gota que colma el vaso. Me imagino que cada uno de nosotros, con nuestras circunstancias, tiene una capacidad de aguante, no hablo de ver el vaso medio vacío o lleno, digo que una persona tiene un límite para el sufrimiento mental que puede soportar y sólo sabe ella o él en qué punto está. Y podemos llegar los otros, en nuestra inmensa ignorancia, y ser la gota que ya no cabe en el vaso. No, no intento hacernos culpables de nada, sólo digo que podríamos intentar ser un poco más amables, más conscientes de que no tenemos ni idea de la cruz que carga cada uno, que las sonrisas y una forma sosegada de hablar, incluso cuando reclamamos, son gratis.

Tampoco cuesta nada decir y escribir más que existe en España el 024, es un servicio de atención a la conducta suicida gratuito, confidencial y disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.

La gota que colmó el vaso


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