Ya tenemos aquí una de las primeras firmes candidatas a ganar el Oscar a mejor película el próximo domingo 28 de febrero. La gran apuesta se basa en una historia real que habla de la burbuja inmobiliaria, la crisis económica mundial que se vivió a comienzos de este siglo y las desastrosas consecuencias y secuelas que aún arrastramos. Estados Unidos, ese país que se vende como tierra de las oportunidades comenzado el siglo XXI vivía en una bonanza económica y financiera sin igual, unas vacas gordas sin parangón. Por desgracia no todo siempre va a ser alegría y felicidad eterna. El estado de bienestar acabaría marchitándose debido a la avaricia de los bancos y a la malas acciones de los miembros de sus juntas directivas que querían hacerse cada vez más ricos consiguiendo que tiempo después muchos ciudadanos tuvieran que abandonar sus hogares, despedidos de su trabajo con unas hipotecas que no podían pagar y acuciados por unas deudas asfixiantes que la mayoría de las veces acababa con pérdida de las posesiones que habían puesto como aval.
Unos cuantos visionarios se adelantaron a esta crisis y decidieron apostar contra los bancos justo en el momento en que nadie se imaginaba lo que iba a ocurrir. Esta es su historia, esta fue la fórmula que utilizaron para ganar cuando todos perdían, una curiosa manera de hacerse ricos cuando los demás se empobrecían, bueno no todos. Como ya sabemos el Estado decidió ayudar y rescatar a los bancos con nuestros impuestos. Solo unos pocos culpables fueron a la cárcel mientras que el ciudadano de a pie tuvo que cargar con la culpa de otros.
Fueron varios los iluminados que se lucraron con esta apuesta, varios hombres los que se arriesgaron y ganaron la partida. La mesa fue ocupada por varios jugadores que no fueron de farol, siempre con las cartas bien marcaditas y sin trampas avisaron del peligro pero nadie los creyó, solamente algunos avispados que vieron en esta apuesta la manera de hacerse ricos. Entre ellos un niño prodigio algo excéntrico que actúa como gestor financiero y que se pasa el día escuchando música heavy metal andando descalzo por su despacho con el rostro de Christian Bale, un tiburón de Wall Street que trabaja con el enemigo, el Deutsche Bank, de nombre Ryan Gosling, un rey de las finanzas con una moral intachable marcado por el suicidio de su hermano llamado Steve Carell y un desertor del capitalismo más radical ahora dedicado a causas nobles como salvar el planeta que interpreta Brad Pitt.
Estos son los cuatro jinetes que ven cercano el apocalipsis económico y que se ayudan de las señales que les proporciona la no presunta y si real estupidez de los banqueros o las pistas que recogen por el camino en forma de realidades de un ciudadano que vive por encima de sus posibilidades.
Sorprende en la historia de Adam McKay, llevando el libro superventas de Michael Lewis a otro nivel, el uso de un lenguaje técnico y específicamente financiero a veces difícil de entender. No es complicado perderse con términos y nomenclatura de la banca aunque trate de explicárnoslo usando a célebres personajes del mundo de la música, la economía o el cine como Selena Gomez o Margot Robbie. En ocasiones estos mismos personajes y algunos de los actores y actrices del film interactúan con nosotros haciéndonos cómplices de lo que está sucediendo.
Eso sí acabaremos entendiendo algunas cosas como los bonos basura o los subprime después de ver esta película. No nos volverán a engañar como chinos en el futuro.
Mezcla también imágenes de la vida real a la manera de videoclip o documental para explicarnos que todo lo que vemos sucedió en verdad resaltando que no es una ficción. Seremos los primeros en enterarnos de todo y los primeros también en ver como se hicieron las cosas, las primeras manos perdedoras al jugar con tramposos y la final con un éxito para pocos y un fracaso para todos aquellos que creyeron jugar a caballo ganador y que por creerse más listos que los demás perdieron la estupenda vida de lujos que disfrutaban.
La gran apuesta es una gran película, eso lo dudan pocos, pero es también un aviso a navegantes de que la avaricia rompe el saco. Este ejemplo es la prueba más evidente. Le deseo suerte en febrero con las nominaciones. Si finalmente sale vencedora se lo habrá merecido.
La gran apuesta está nominada a cinco Oscars, ¿cuántos crees que ganará?
Al contestar a esta pregunta participas en nuestro juego de los Oscars 2015 donde puedes ganar un lote de premios.
Todos los nominados a los Premios Oscars 2015
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