Revista Cine

La Gran Aventura Lego

Publicado el 15 febrero 2014 por Diezmartinez
La Gran Aventura Lego"-¿'On 'tá el chillón ese de Bane?"


La revista británica Sight and Soundtiene una sección llamada "Anatomy of a Movie", que señala los vasos comunicantes cinefílicos de algún estreno de la temporada. Así, por ejemplo, según Sight and SoundUna Noche en el Fin del Mundo(Wright, 2013), tiene 23% deMuertos Vivientes (Siegel, 1956), 17% de El Pueblo de los Malditos(Rilla, 1960), 12% deSobreviven(Carpenter, 1988) y así hasta sumar 100%. Siguiendo este mismo juego, propongo que La Gran Aventura Lego (The Lego Movie, EU, 2013), es algo así como 40%Matrix (Hermanos Wachowski, 1999), 20% deToy Story 2 (Lasseter et al, 1999), 10% deMetrópolis (Lang, 1927), 10% de The Avengers: Los Vengadores (Whedon, 2012), 10% de La Guerra de las Galaxias (Lucas, 1977) y 10% de… los comerciales de Lili Ledy. Y, bueno, si exceptuamos The Avengers, todo lo demás, me temo, es mejor queLa Gran Aventura Lego.   La Gran Aventura Lego no es más que una entretenida parodia animada de cualquier película de acción hollywoodense en la que un tipo común y corriente resulta ser el elegido para destruir el imperio del mal. La animación, creada por la casa australiana de efectos especiales Animal Logic, nos presenta  la textura visual de una película stop-motionaunque todo, en realidad, es digitalizado.De alguna manera, la forma es fondo: estamos ante una película engañosamente cuidadosa en su propuesta animada cuadro-por-cuadro, lego-por-lego, aunque ha sido realizada digitalmente. De la misma forma, aunque el discurso de la película está a favor de rebelarse, romper las reglas y luchar contra el conformismo de la sociedad de consumo en la que todos vivimos, la realidad es que difícilmente se puede tomar demasiado en serio este dizque mensaje subversivo cuando proviene de una cinta que, para efectos prácticos, ha sido producida por LEGO Company con la idea de que los chamacos salgan del cine y corran a comprar su cajota de esas madres.La película tiene un inicio formidable, con el lego-obrero común y corriente Emmet ir a trabajar mientras canta la horriblemente pejagosa tonadita “Todo es increíble”. Emmet y todos sus lego-conciudadanos viven en una colorida sociedad consumista manipulada por el siniestro Señor Negocios, quien mantiene idiotizada a toda la población con sitcoms imbéciles, restaurantes de comida rápida y franquicias de café que te venden la taza a 40 dólares. Fuera de este falso mundo idílico, hay un grupo de rebeldes que luchan por cambiar las cosas y viven en espera de encontrar al mítico “elegido” que dirigirá la anhelada rebelión. Por supuesto, Emett será ese “elegido”.La Gran Aventura Lego tiene sus mejores momentos en la serie de chistes referenciales a costa de los filmes de acción y especialmente de súper-héroes (el rolling-gag sobre el insoportable Linterna Verde es hilarante, el Batman solemne y depresivo está muy cotorro), pero como suele suceder con este tipo de humor, por un chiste que funciona hay otro que no.  

Finalmente, la aparición de dos humanos, padre e hijo, y la relación de ellos con los propios legos con los que juegan, nos remiten, por supuesto, a la trilogía de Toy Story sin que guionistas ni realizadores alcancen nunca el nivel emotivo de la saga de Woody, Buzz y otros juguetes que los acompañan. Pero, bueno, hay de juguetes a juguetes. Y hay de películas a películas. 

Volver a la Portada de Logo Paperblog