Revista Cultura y Ocio

La gran curda final de Amy Winehouse

Por Poplebon

La gran curda final de Amy Winehouse

vía Mil Maneras de Matar al DJ.

No pasa nada si usted sale al escenario con una cerveza, habla con la prensa con un chispacín de más o incluso recoge un premio en plan Amaia Montero. Todo se perdona, pero meterse entre pecho y espalda una botella de tinto y una pipa de crack antes de un concierto, le va a dejar a usted en evidencia. Pues parecía que con el nuevo disco en proyecto y con las incontables visitas a su particular “rehab”, Amy Winehouse estaba ya en el camino correcto. De hecho, su gira europea iba a suponer la redención de la artista a todos los niveles, pero no. La ha vuelto a liar parda y parece que ésta es su inmolación pública definitiva.

El pasado sábado dio su primer concierto en Belgrado, con unas entradas bastante caras en un país con unos salarios más bien modestos. En la capital serbia ya han calificado el espectáculo como el “Peor concierto en la historia de Belgrado”. De esta guisa subió al escenario la señorita:

Amy Winehouse – Borracha en Belgrado (18 de junio de 2011)

La británica, que hace cinco años ocupaba el trono gracias a crítica y público, ahora es una pobre caricatura de cantante: enferma, alcohólica y drogadicta. Parece que tiembla la salida de su nuevo disco tras este remate final, y más aún después de cancelar su gira europea veraniega completa (incluido el concierto que iba a dar en Bilbao). O mucho cambian las cosas, o podemos dar su carrera por acabada. Según algunos expertos, de tanto fumar ciertas sustancias, nunca volverá a recuperar su voz.

La gran curda final de Amy Winehouse
Antés (más guapa) y después (más pelo y menos dientes)

 

Por supuesto, que, a río revuelto, ganancia de buitres. Los infalibles reporteros de prensa rosa ya han cargado contra la artista y será perseguida otra vez en sus salidas nocturnas por legiones de paparazzi sin escrúpulos, lo cual le hará caer aún más en el círculo de la autodestrucción. Recuerda un poco la historia a la de Whitney Houston, una de las biografías más tristes de la música moderna, y sobre la cual se han aprovechado (casi) todos. Su vuelta a los escenarios hace poco tiempo supuso la gran mancha de su carrera y ya se habla de “el legado” de la artista, como si estuviera muerta.

 

La gran curda final de Amy Winehouse
Los efectos de Bobby Brown

 

Otro caso de promesa incumplida fue el del niño malo del rock anglosajón, Pete Doherty. Si todos veíamos en The Libertines a los nuevos Rolling Stones, ya se encargaron las drogas y los excesos de llevarlos al suelo. Tuve ocasión de ver a Pete Doherty en dos infumables conciertos completamente drogado (él, no yo), y otra vez me lo crucé en la calle y aún me pregunto cómo podía mantenerse en pie. El ex de Kate Moss sigue dándole a la guitarra, pero sus discos no llegan ni a la suela de los de su antigua banda. Suenan rumores de reunión, pero definitivamente, nada será lo mismo.

 

La gran curda final de Amy Winehouse
De James Dean a muñeco de cera

 

Comentaban esta semana los plumillas musicales amarillistas algo así como que menos mal que existe Amy Winehouse, tan borracha, tan drogada, tan de verdad, para recordarnos que el rock es exceso y que estas cosas dan sal a la vida. Ver arrastrarse a una mujer con una voz prodigiosa sobre un escenario no es la mejor idea de vivir el rock. Seguro que los que aspiran a ser sus biógrafos se harán de oro con la leyenda negra, pero pensándolo con un poco de distancia, es vergonzoso que aún se den estos casos en el mundillo. Si los de las agencias nacionales antidroga tuvieran un poco de sentido común (y un poco de experiencia, también) pondrían a estos individuos haciendo la campaña. Disminuiríamos el consumo radicalmente.

Haciendo memoria, pienso cuál es el concierto más patético que he podido ver, me viene a la cabeza como número uno indiscutible el de Arthur Lee en el Festival de Benicassim 2004. El genio de Love y leyenda (por aquel entonces) viva, se enteró allí de la muerte de su amigo Rick James, se metió dos botellas de bourbon y salió al escenario. No pudo cantar ninguna canción y mientras balbuceaba intentaba agarrarse al micrófono para sujetarse. Me sentí desolado, y no, no había rock por ningún sitio. Se lo juro.

 


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LOS COMENTARIOS (1)

Por  pato
publicado el 26 julio a las 04:14
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grande niña . perdona al mundo por hacerte daño.serás siempre una gran artista.....