Una de las mejores aventuras en una sala de cine es la de llevarse una sorpresa.Por ejemplo, esperar un resultado concreto y acudir a la proyección con prejuicios y que el director te dé toda una lección de honestidad y savoir-faire. Esto me ha ocurrido con La gran familia española, el cuarto largometraje de Daniel Sánchez Arévalo, director del que me gustan todos sus trabajos, pero acudía a esta nueva obra con cierto recelo. El resultado supera todas las expectativas y no se trata de una simple comedia gamberra con la final del Mundial de Fútbol –lo que auguraba- sino de una dramedia familiar de primer orden.
(continuar leyendo)Lo mejor: Los últimos veinte minutos, pura emociónLo peor: No siempre afina de igual modo con todos los personajesNota: 8El contenido original de esta entrada pertenece a MySofa. Para leer el contenido entero entra aquí.