“Los empresarios más beneficiados por la Gran Guerra han echado un pulso al Estado, y lo van a ganar. El miércoles 28 de junio de 1916 se reúnen en el Hotel Palace de Madrid. El presidente de la Agrupación de Sociedades Anónimas de Cataluña, Emilio Vidal y Ribas, inicia el acto afirmando que “el impuesto sobre los beneficios extraordinarios no debe prosperar y para que no prospere es para lo que se ha convocado la reunión”. Es un desafío al poder del Estado a poco más de un centenar de metros del Congreso de los Diputados, pero esta oligarquía económica tiene el respaldo de una veintena de diputados, entre los que destacan Antonio Maura y, especialmente, el nacionalista catalán Francesc Cambó, líder de la Lliga Regionalista. Un gran objetivo une a empresarios y políticos: tumbar el proyecto de ley con el que el ministro de Hacienda, Santiago Alba, quiere gravar los beneficios extraordinarios generados por la guerra. Cambó defiende el derecho a protestar de los presentes ante tal medida, “aunque algunos califiquen de egoísta esta protesta, porque el egoísmo es conveniente, el egoísmo es salvador, porque excita al trabajo y promueve iniciativas”. Sonrientes, los empresarios saludan sus palabras con una salva de aplausos”
“No es una lucha entre ricos y pobres, dice Vidal y Ribas, porque, apunta en su crónica el redactor de La Vanguardia, “él y todos los reunidos profesan el principio de que el rico sin el concurso del pobre, del trabajador, no es nada”. Una tras otra, las intervenciones destacan la injusticia de un impuesto que, sostienen, cerrará sus fábricas. Las conclusiones quedan en manos de uno de los prohombres que más perdería con el nuevo gravamen. El naviero y nacionalista vasco Ramón de la Sota toma la palabra para sentenciar que castigar sus beneficios es “totalmente inadmisible por su injusticia, por la falta de equidad y por las funestas consecuencias que derivaría su aplicación”. No es un secreto que la Gran Guerra le ha convertido en uno de los hombres más ricos de España. Sí lo es que su naviera gana tanto que desde ese 1916 deja de publicar sus memorias. El acto del Palace culmina una campaña que durante semanas ha movilizado círculos, asociaciones y centros patronales de todo el país y anticipa una batalla feroz en el Congreso. Para alegría de unos pocos, el “egoísmo salvador” que proclama Cambó va a lograr una victoria absoluta”.
Así comienza el segundo de los dos artículos que publico en el número de octubre de Historia y Vida sobre cómo la Gran Guerra fue “una orgía de ganancias” para un puñado de especuladores y empresarios españoles – como recordó en sus memorias el industrial Gual Villalbí-, y una crisis feroz para la mayoría de la población. Si os interesa, podéis comprarlo pinchando aquí.
Pd.: En la primera foto, Cambó abraza a Romanones. No he conseguido encontrar la fecha, a juzgar por las canas de ambos, es posterior a la Gran Guerra. La caricatura de Bagaría se publicó en la revista ‘España’ el 6 de marzo de 1920. Como cuentan en el blog Kaffekantante, ‘recuerda’ al posterior ‘Tiempos Modernos’ de Chaplin. Atentos al cartel de ‘San Tirpitz’, una referencia al almirante que mandaba la flota alemana durante la IGM. La foto de portada muestra la detención de un manifestante durante las protestas de la huelga general de agosto de 1917.