La música rock de los sesenta dejó gran influencia en la sociedad
A partir de la irrupción del rock & roll en la segunda mitad de los cincuenta, se produjo una evolución artística en la década siguiente, de modo que el nuevo movimiento crece, se desarrolla y se expande por todas partes. De esta forma, el rock traspasa la frontera del mundo del espectáculo y logra influir de modo significativo a las sociedades, primero en la occidental, luego en todas
A punto de comenzar la tercera década del siglo se tiene perspectiva suficiente para mirar lo que sucedió en la séptima del pasado, la de los sesenta, y analizar cómo la consolidación de la música rock en el mundo modificó conductas y formas de entender las cosas. Además, puede afirmarse que todos los conocedores de la música en cuestión coinciden en el gusto y reconocimiento por aquellos años.
Durante los dos lustros ‘sesenteros’ se hizo evidente cómo cantantes y autores negros estaban influenciando a los blancos, los cuales usaban técnicas y recursos claramente negros y reconocían su admiración por aquellos. Este mestizaje en ambas direcciones dio frutos más ricos y variados, e incluso puede afirmarse que llegaron a confluir los orígenes de unos y otros. Además, en torno a la música desaparecieron los prejuicios raciales; ningún asistente a un concierto de rock de entonces miraba con racismo, los músicos negros eran coreados y admirados por el público blanco y viceversa, empezaron a ser corrientes las bandas multirraciales … En fin, cuando aparecía el rock (y géneros afines) desaparecían los prejuicios.
El pop, soul, rythm & blues o el rock en todas sus variantes, que tanto creció en esta época, solían destilar ingenua alegría juvenil, lo que sumado a los ritmos trepidantes y un volumen elevado atrajo de modo irremediable a la juventud. Entonces se escenifican los grandes conciertos y festivales, se organizan listas y emisoras de radio, aparecen los fans y las ventas millonarias, se encumbran las primeras estrellas, surgen las discotecas… Todo ello animó a muchos jóvenes a formar grupos de rock, pues comprobaron que los que triunfaban habían empezado de la nada; así que antes de que terminara el decenio no había país sin sus bandas de pop, rock o estilos cercanos, sus estrellas, sus programas de radio… Y millones se convirtieron en fieles amantes del rock para toda la vida.
Pero el nuevo movimiento musical permitía no sólo transmitir felicidad, fiesta, coches, novios y novias, sino también otras propuestas no tan complacientes; así, es en los sesenta cuando surge la figura del cantautor, ese solista con guitarra que, con cimientos en el rock, canta sus textos cargados de denuncia y compromiso social. Sí, había antecedentes, pero el punto de rebeldía que trajo el rock & roll ofreció un nuevo y mejor escenario para este tipo de autores más preocupados por el fondo que por un bonito envoltorio musical.
De hecho, el rock de los sesenta es uno de los primeros movimientos que toma conciencia de los problemas, de las injusticias y necesidades de todas las gentes del planeta. Se crean y divulgan las primeras canciones ‘protesta’, los músicos consiguen que se visualicen otras culturas y se prepara el terreno para los conciertos y festivales benéficos que tanta repercusión tendrán (el de Bangla Desh fue en 1971). Y no se puede olvidar que el rock ya trataba de forzar a la censura, romper ideologías, provocar, sacudir los criterios más anquilosados…, ahí aparece el concepto de contracultura.
En todo caso, la música rock se convirtió en una forma de generar nuevos trabajos, nuevas necesidades y, por supuesto, dinero. Sí, los jóvenes de los sesenta se lanzaron a la novedad atendiendo más a lo que deseaban expresar que a la rentabilidad, pero llegaba el momento de atender también al bolsillo: el rock ya era fuente de trabajo y de dinero, tanto que muchos miles de chavales se convirtieron en profesionales. También aparece esa supuesta contradicción entre la música comercial y la música de calidad, aunque pronto aparecen los que demuestran que no hay oposición, sino que lo que vende bien no tiene por qué ser vulgar.
Todo ello causó profundas modificaciones en las sociedades posteriores que hoy son perfectamente visibles. No cabe duda, el rock de los sesenta ha tenido profunda influencia en el mundo. Más allá de la música.
CARLOS DEL RIEGO