Por una muerte digna: El pasado 4 de abril de 2019, hemos sabido que María José Carrasco ha cumplido por fin su voluntad de terminar con su vida, después de 30 años aquejada de una enfermedad devastadora como es la esclerosis múltiple.
Pero para ello ha necesitado la imprescindible asistencia de su marido, Ángel Hernández. Éste ha sido detenido.
La Masonería ha defendido siempre que, después del derecho a la vida, el derecho a la Libertad es el más importante de todos los derechos humanos y sostiene el ejercicio de todos los demás; incluido el derecho de disponer de la propia vida, el derecho a no padecer sufrimiento innecesario y el de decidir sobre las actuaciones médicas y terapéuticas que se desean recibir. Y es más necesario, si cabe, proteger este derecho en el caso de personas que, como María José Carrasco y muchos otros, no pueden ejercerlo por sí mismas a causa de su enfermad, y necesitan la asistencia de otro para poner fin a su vida de manera digna cuando así lo decidan.
Perseguir penalmente a quienes asisten a las personas que no desean seguir viviendo, y que no hacen más que cumplir la voluntad de estas para disponer sobre su propia vida, resulta incompatible con una sociedad que, en un 80%, apoya la licitud de la muerte digna, y entiende esta asistencia como un acto positivo y de compasión; un acto que, en la inmensa mayoría de los casos, llevan a cabo los seres queridos de quien quiere irse y quienes se encargan de sus cuidados.
Desde la Gran Logia Simbólica Española reclamamos de los representantes públicos que escuchen a una sociedad que pide protección y amparo para quienes quieren poner fin a su propia vida de una manera digna; y también para quienes les asisten a hacerlo, para lo cual es indispensable eliminar una amenaza penal que no se corresponde con la comprensión social a una conducta que solo podemos calificar como humanitaria.
No deberían existir leyes que encadenen a un ser humano a un sufrimiento sin sentido. Todos los seres humanos deberíamos nacer, crecer y morir libres y acorde a nuestras creencias, con el respeto para sí mismo y para los demás.
Urge que se lleven a cabo las medidas legales que aseguren una despenalización de la eutanasia y del suicidio asistido, de tal forma que se pueda poner fin al sufrimiento y a la restricción de la libertad de tantas personas que no pueden ejercer ese derecho por sí mismas.
Para algunos ya llega tarde. Procuremos que no siga siendo así para aquellos que ahora se encuentran en esa situación.
Xavier Molina Figueras
Gran Maestre
Gran Logia Simbólica Española