Coincidiendo con la bajada de pantalones hasta el suelo y más allá de Rajoy en relación con el cupo vasco ha reaparecido la gran mentira: el concierto económico se ofreció a Catalunya, pero fue rechazado, porque todo el mundo sabe que los catalanes, aparte de insolidarios, somos idiotas perdidos.
Desde que el PP anunció que Rajoy se había bajado tanto los pantalones que ya ni sabía dónde los había dejado, en la caverna mediática se ha mencionado repetidamente que los catalanes a callar porque rechazaron el concierto económico, mentira que reaparece de vez en cuando, a conveniencia del PNV o Madrid para disimular el contraste y evitar que aparezca como lo bestia que es, y como si lo hubiese ordenado la Secretaría General del Movimiento, ayer domingo tanto El Periódico como La Vanguardia publicaron sendos artículos, que adjunto, sobre el rechazo al concierto de los retrasados mentales catalanes.
El artículo de El Periódico, de una tal Rosa María Sánchez, es especialmente enojoso y calumniador, y por una razón que explicaré más adelante me ha causado un inmenso cabreo.
Los hechos que describen ambos artículos contienen un montón de mentiras y dos hechos ciertos del que uno de ellos encierra un misterio fácil de entender. El primer hecho cierto es que en Catalunya el concierto fue demandado solo por partidos nacionalistas, pero los que eran controlados desde Madrid PSC, PSUC (comunistas), AP (PP) y UCD (Adolfo Suarez), estaban en contra, pero lo que la Gran Mentira no menciona es que esos mismos partidos defendieron el concierto económico para el país vasco a nivel local y en Madrid.
La segunda verdad, la misteriosa, el cambio de opinión de Pujol sobre el concierto, ya la explique en una nota del 4 de septiembre 2014 titulada PUJOL HASTA EN LA SOPA, en la que decía:
“”Pujol había defendido siempre el que Catalunya tuviese un Estatuto especial incluyendo concierto económico, y cuando ganó sus primeras elecciones intensificó sus exigencias de autonomía diferenciada, pero curiosamente coincidiendo con el inicio del caso Banca Catalana, la intensidad de sus exigencias se fue apagando rápidamente y finalmente, con su “ara no toca”, se rindió y aceptó el café para todos, poco antes de que la Audiencia de Barcelona, a pesar de las evidencias, rechazase la imputación de Jordi Pujol en el caso, años antes de que el juez finalmente declarase sobreseído el caso Banca Catalana y exonerase al resto de implicados, una larga lista de grandes nombres de la alta burguesía catalana como Jaume Carner, Raimón Carrasco o Françesc Cabana. Entonces pensé que en el tema del concierto Pujol se había rendido para no tener que enfrentarse a instituciones poderosas como la monarquía y el ejército, pero, sin descartar esta razón, ahora pienso que su rendición tuvo que ver con algún pacto sobre Banca Catalana.””. Hoy ya tengo pero que muy claro que Pujol llegó a un siniestro acuerdo que le protegía del expolio de Banca Catalana, del que una de las peores víctimas fue el concierto económico para Catalunya al que Pujol renunció a cambio de salir indemne del caso.
Antes de explicar porque me irrita sobremanera el artículo de El Periódico volveré a mencionar algo que he explicado varias veces. A principios de los años 80’ vivía en Madrid y uno de mis vecinos, un teniente coronel letrado del ejército que participaba en las discusiones sobre estatutos y CCAA me dijo alto y claro que Catalunya no tendría concierto económico porque se oponían tres importantes poderes: la monarquía, el ejército y el PNV.
Para demostrar que Catalunya renunció al concierto la tergiversadora que se autocalifica como periodista de El Periódico se refiere a una reunión entre Jaime García Añoveros, entonces Ministro de Hacienda, Ramón Trías Fargas consejero de la Generalitat y Pedro Luis Uriarte consejero de economía del primer gobierno vasco, que se menciona en un libro de este último en el que afirma que en dicha reunión García Añoveros y Uriarte hicieron, sin éxito, todo lo posible para convencer a Trías Fargas a aceptar el concierto económico, una de las más asquerosas y pestilentes patrañas que he leído en mi vida. Trías no solo era favorable al concierto, además avisó repetidamente de lo que le ocurriría a Catalunya si no conseguía algún tipo de independencia financiera, previendo y anticipando mucho de lo que ha ocurrido desde entonces.
Conocí en persona a Trías Fargas, una de sus sobrinas estaba casada con un gran amigo mío. Toda la pésima opinión que siempre he tenido sobre Pujol era admiración por Trías Fargas, cuya muerte prematura nos dejó en manos del gran engaño de Jordi Pujol sin el contrapeso de alguien que odiaba la corrupción y defendía solo los intereses de Catalunya, por esta razón leí buena parte de sus publicaciones, conozco bien sus opiniones y puedo asegurar que lo que Uriarte explica en el libro es una ruin mentira.
En primer lugar dice que la reunión fue entre junio y septiembre de 1980, y es curioso que una reunión tan importante como para dedicarle una parte del libro se celebrase en fecha tan poco concreta. Además, Trías no se fiaba del PNV y me suena a muy extraño que se reuniese con Uriarte para recibir sus consejos, aunque fuese junto con el Ministro de Hacienda. También es chocante que se supone que la reunión se celebra cuando el concierto vasco, aunque incluido en el Estatuto de Guernica, todavía se está negociando y cuando Jordi Pujol, ya presidente de la Generalitat, todavía reclama el concierto, y por tanto la reunión era inútil, con aceptarlo estaban al cabo de la calle, además el escándalo de Banca Catalana todavía no había estallado, no lo haría hasta 1982, y Jordi Pujol no había empezado a modificar su opinión sobre el concierto económico.
De ser cierto y haberse realmente celebrado tal reunión estoy totalmente convencido que el objetivo de Uriarte y Añoveros debió ser el opuesto al que menciona: empezar a preparar al más duro defensor del concierto para Catalunya porque no lo conseguiría.
Encima Uriarte se inventa unas razones insultantes para el rechazo del concierto: primero, Trías no quería que la Generalitat tuviese que recaudar impuestos, cuando CiU tenía mucho más apoyo popular en Catalunya (partido largamente mayoritario en 1980 y mayoría absoluta en 1984, 88 y 92) que el PNV en el país vasco (todavía no saben que es una mayoría absoluta). Segundo, no querían correr el riesgo de menores ingresos y tercero preferían que los recursos los obtuviesen de España a tener que generarlos ellos. Teniendo en cuenta que Trías era mil veces mejor economista que Uriarte estas dos razones solo pueden tomarse como chistes vascos sobre catalanes.
Aparte la Gran Mentira, desde que Rajoy perdió los pantalones se han hecho dos comentarios falsos más.
No son ciertas las razones históricas para el concierto vasco. Catalunya lo perdió en 1714, pero cuando la República restauró el concierto vasco en los años 30, llevaba anulado de una u otra forma cerca de 100 años, después Franco volvió a anularlo, y una prueba evidente del largo período en que el concierto vasco estuvo anulado es que Franco respetó de alguna forma el concierto navarro, pero no el vasco porque había sido restaurado por la República. Además, qué diferencia hay entre perder el concierto en el siglo XVIII como los catalanes o en el XIX como los vascos.
Después de la barbaridad del cupo, muchos periodistas y políticos han puesto de ejemplo de cordura y ponderación a los vascos frente al independentismo catalán. Continúan sin memoria. Los catalanes demostramos absolutamente toda la cordura y ponderación durante décadas y solo conseguimos empeorar y que un Estatut que remediaba mínimamente las cosas el PP lo echase al wáter y tirase de la cadena, mientras los vascos clamaban por la independencia a tiros y a pesar de ello nadie les levantaba la voz o limitaba en lo más mínimo sus privilegios. Si nuestra cordura y ponderación hubiesen servido de algo, seguro que estaríamos escribiendo una Historia totalmente distinta.
Desde que en los 60 visité el Reino Unido por vez primera les he oído decir que los españoles somos falsos, marrulleros y tergiversadores. En mi juventud creí que exageraban, pero hace mucho, mucho tiempo que creo que se quedan cortos.
LA VANGUARDIA – GRAN MENTIRA