La mezquita y centro cultural se pretenden ubicar en la avenida del Deporte de Sevilla Este, y, según trasladó el presidente de la comisión, el sevillano Yihad Sarasúa, se trata de «una propuesta comprometida con la diversidad y la integración entre culturas, no es una iniciativa para los musulmanes, sino para todo el pueblo de Sevilla». El proyecto, que lleva tres años gestándose, ha contado con el diseño de los arquitectos hispalenses Juan Antonio Fernández-Sambruno, José Luis Conejero y Rafael Conejero, para una construcción de «38.200 metros cuadrados, 10.000 para el centro cultural», tal y como informó el consejero político de la comisión, Juan Pedro Andrades.
Andrades indicó que toda la financiación de la iniciativa, estimado en 60 millones de euros, partirá de la propia comunidad musulmana y serán donaciones privadas.«En un primer momento, donantes de los Emiratos Árabes correrán con la inversión», puntualizó.
Imaginemos las “enseñanzas” en un lugar financiado por un país que persigue a los musulmanes que se convierten a otras religiones, especialmente al cristianismo, que no ha dejado entrar a un transexual por razones religiosas y en el que las mujeres deben vivir sometidas totalmente al hombre. Y que tiene un lado oscuro muy inquietante como para dar lecciones sobre las creencias que debemos profesar los demás.