La Grand-Place de Bruselas es de la época española. Y su trazado tal como lo conocemos hoy también lo es. Bien pensado y con las fechas encima de la mesa es obvio, pero seguramente muy poca gente lo sabe (al menos nosotros no lo sabíamos...). Al ser conscientes de ello sentimos orgullo legítimo de que nuestros antepasados participaran directamente de algo tan bello. Pero vayamos por pasos:
Nos situamos en 1695. Luis XIV, el rey sol que dicen los franceses, tiene hambre de traducir su hegemonia en territorios. Juega a invertir muchos soldados y dineros en ampliar Francia por el Este: Valle del Rin, Países Bajos Españoles, Palatinado... (con lo de terreno que había en América...) provocando lo que se llama La Guerra de los Nueve años y que enfrenta Francia con todos aquellos que se ven atacados o afectados de una manera directa o indirecta (Sacro Imperio Romano-Germánico, Baviera, Portugal, España, Suecia, Holanda, ... y me dejo algunas).
Sin entrar en detalles, diremos que el Duque Villeroy, que estaba al frente de las operaciones por parte francesa, propone a Luis XIV (en la foto) bombardear Bruselas a modo de "toque de efecto" para intentar cambiar la dinámica negativa (para los franceses) que estaba tomando la guerra que habían iniciado. El Rey Sol se muestra encantado con la idea.
El bombardeo se perpetra durante los días 13, 14 y 15 de Agosto (a mala idea ... en pleno puente...) de 1695. Tres días de bombardeos intensos en el mes más caluroso que sólo cesan cuando se consigue comprometer la artilleria francesa que se retira a posiciones más seguras.
Para entonces todo el centro estaba en llamas. El precioso ayuntamiento con su alta torre se salva del desastre por el único motivo de que era utilizado por los franceses como punto de referencia. Cuando quisieron derribarlo no tuvieron tiempo para hacerlo... o la pericia necesaria.
La Grand Place tras el bombardeo francés de 1695 en un grabado de Augustin Coppens
Se como fuere, en 1695, la Grand-Place estaba prácticamente destruida. Los Bruselenses se pusieron manos a la obra rápidamente. Civiles, gremios, autoridades con el propio rey Carlos II (soberano de Bélgica y rey de España) a la cabeza, pusieron todo de su parte para que en poco más de tres años quedara reconstruida prácticamente toda la plaza.
Fotografía © Amanito
Y ya que había que reconstruirla, se rediseñó para hacerla más rectangular y amplia. Es decir, tal y como la conocemos hoy en día. Así que sí, La Grand-Place es de la época española. Precisamente para mostrar ese agradecimiento hacia su monarca, el número 1 de la Grand-Place es el archiconocido edificio llamado "Le Roi d'Espagne".
La notable escultura del segundo piso representa al Rey Carlos II de España, de ahí el nombre del edificio, que con una fachada de siete tramos es uno de los más grandes y elegantes de la espectacular plaza. El (también famoso) restaurante que hay en planta baja toma el nombre del edificio en el que está (y no al revés). Ya puestos, no dejeis de tomaros una buena cerveza belga a la salud de Carlos II, bajo cuyo auspicio se reconstruyó y mejoró con tan buen tino esta preciosa plaza, orgullo de bruselenses ... y también de españoles.
Cuando vayais a Bruselas, por favor, id con otra mirada y con la mente despierta para poner en tela de juicio muchas de las barbaridades (y sandeces y tonterias, ...) que se cuentan sobre la presencia española en los Países Bajos.