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La Guerra Civil española
Probablemente, una guerra civil es la experiencia más dolorosa que puede vivir un país. España sufrió una en la primera mitad del siglo XX: entre 1936 y 1939. COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL La Guerra Civil española comenzó el 17 de julio de 1936 en Melilla (ciudad española situada en el norte de África). Ese día, algunos militares se rebelaron contra el gobierno de la II República. Al día siguiente, otros jefes militares, que mandaban tropas en la península Ibérica, también se sublevaron. El levantamiento fracasó en las principales ciudades. Por eso, la rebelión se convirtió en una guerra civil que duraría tres años. Desde esos primeros momentos de la guerra, España quedó dividida en dos zonas: la que controlaba el gobierno republicano y la que estaba bajo control de los sublevados. Manuel Azaña fue el presidente de la República desde 1936 hasta febrero de 1939, es decir, durante casi toda la guerra. En cambio, hubo tres presidentes del gobierno: José Giral (1936) y los socialistas Francisco Largo Caballero (1936-1937) y Juan Negrín (1937-1939). En la zona tomada por los sublevados, estos formaron su propio gobierno. Se llamó, primero, Junta de Defensa Nacional (1936), y lo presidió el militar rebelde más antiguo: Miguel Cabanellas. Luego se llamó Junta Técnica de Estado, que dejó paso, en 1938, al primer gobierno del general Francisco Franco. Éste, al morir los dos principales jefes militares rebeldes, José Sanjurjo y Emilio Mola, pasó a ser el máximo dirigente político y militar de los alzados. LAS PRIMERAS FASES DE LA GUERRA CIVIL La primera parte de la guerra estuvo centrada en Madrid, la capital del país. Ambos bandos creían que controlar Madrid era fundamental para la victoria. Por eso, desde que la guerra se inició, los rebeldes asediaron la ciudad; es decir, la rodearon para evitar que pudiera comunicarse con el resto del país. Pensaron que, finalmente, se rendiría; pero Madrid resistió, y la batalla de Madrid se prolongó hasta el final de la guerra. Gracias, entre otras cosas, a la ayuda de Alemania (gobernada por Adolf Hitler) e Italia (por Benito Mussolini), Franco había avanzado sobre Andalucía y había conseguido ocupar las ciudades extremeñas de Mérida y Badajoz. En el norte, los rebeldes rompieron las defensas de Bilbao en junio de 1937. Dos meses antes se había producido el bombardeo de la localidad vizcaína de Guernica. En estas acciones, los sublevados contaron con la ayuda de la aviación alemana. En agosto de 1937, los rebeldes entraron en Santander, y en octubre, tomaron la ciudad asturiana de Gijón. Toda la zona norte estaba ya en manos de las tropas de Franco. LA VICTORIA FRANQUISTA En julio de 1938, comenzó la dura y decisiva batalla del Ebro. Cuatro meses después, el Ejército republicano había sido derrotado. Como consecuencia, las tropas franquistas encontraron libre la ruta para avanzar hacia Cataluña; así, en enero de 1939, tomaron Barcelona y luego avanzaron hacia la frontera con Francia. La ofensiva franquista definitiva tuvo lugar durante febrero y marzo de 1939. Finalmente, las fuerzas republicanas fueron derrotadas en la zona centro y en la zona sur de España. Las tropas rebeldes entraron en Madrid el 28 de marzo de 1939. El 1 de abril, la guerra terminó. Comenzó entonces el franquismo. Fue éste un largo periodo de la historia de España (duró hasta 1975), en el que el gobierno dictatorial de Franco eliminó la democracia y la libertad. Los españoles tendrían que esperar casi cuarenta años para recuperarlas.