Muchas veces me he parado a pensar cómo las pantallas, esos dispositivos que venían a ayudarnos en nuestro día a día, en la comunicación, en el aprendizaje, han ido ganando tanto terreno, que muchas veces podemos ver a dos personas sentadas cenando, que prefieren mirar sus pantallas a mirar a la persona que tienen en frente. La última vez que fui a un restaurante me fijé en las mesas alrededor. Todas, sin excepción, tenía a los niños con una pantalla delante a la hora de la comida. Y no te digo en la sobremesa, por aquello que llevas 3 horas comiendo y ya se han cansado. No. Desde la llegada, durante la comida, y en todo momento.
Me dio pena, la verdad.
La pérdida de contacto visual, de la escucha activa, del mundo 1.0, me preocupa sobremanera. Me doy cuenta que, especialmente en pandemia, nuestro día a día giraba en torno a una pantalla. Trabajo remoto a través de una pantalla, clases de yoga por zoom, escolaridad por videoconferencia, películas obviamente en otra pantalla, hasta lectura en pantalla en muchas ocasiones, y los niños pasaban a jugar con los amigos que ya no pueden ir a visitar o ver en el parque, por pantalla.
Y, como con todo, a base de repetición nos acostumbramos. Y la pandemia va pasando, o al menos las cuarentenas, y podemos salir, pero esas rutinas adquiridas, cuesta romperlas. Recuerdo en un paseo post cuarentena con mi hija y una de sus amigas, que su amiga me dice «¿nos podemos ir ya cada una a su casa que vamos a jugar por pantalla?» cuando le pregunté si no prefería jugar viéndose me dijo que le gustaba por pantalla.
efecto de las pantallas en los niños
" data-orig-size="1169,603" sizes="(max-width: 800px) 100vw, 800px" data-image-title="ipad_niño" data-image-caption="pixabay
" aperture="aperture" />Y aunque parezca mentira, puedo entenderlo. Qué fácil es pasar sin darse cuenta 30 o 40 minutos mirando Instagram, fotos y fotos, sentarte en el sofa a descansar y sin darte cuenta entrar por defecto, mirando pero sin ver nada, y el tiempo corre, la energía se gasta y nos parece que igual necesitamos ese descanso. No solo los niños se han acostumbrado a que descansar, también requiere una pantalla. Los adultos, hacemos igual. Las pantallas crean dependencia. ¿La última vez que te has sentado a descansar, lo has hecho sin mirar el móvil para nada?
A mis hijas les digo que tenemos que aprender a contemplar. A sentarnos sin hacer nada. Mirar el infinito, disfrutar del paisaje, mirar el techo, no hacer nada. Al final, es una antesala para meditar. Y necesitamos parar un poco, necesitamos ese descanso, y a veces de ese no hacer nada nacen buenas ideas, aprovechémoslo.
Ya hace años intenté reducir al máximo el uso de pantallas en casa, fue todo un proceso en el que poco a poco le fuimos ganando la batalla a esa adicción. Pero, lo confieso, ahora que han pasado unos años y una cuarentena, a veces siento que gané una batalla pero perdí la guerra. Porque hay días, que parece que no se despegan.
Volvemos a poner límites, a las listas de ideas de alternativas a la pantalla, a salir, pero cuesta. Al final, también pienso que a veces es buena idea unirse al enemigo. Si vamos a ver pantalla, que nos sea útil.
Algunas ideas de usos para las pantallas:
1. Aprender idiomas: Si tus peques se saben de memoria los capítulos de Ladybug, ¿por qué no ponerlos en otro idioma? Cuando te sabes de memoria los diálogos, es más fácil entenderlos en inglés por ejemplo, o ir aprendiendo algunas palabras. O mejorar la pronunciación. Incluso, mejorar la lectura de los subtítulos en español.
2. Hacer experimentos: ¿Has visto algún video de «The Dad Lab»? Hacen experimentos padre/hijo, que uno puede replicar en casa. A la mayor de las terremoto que le encanta hacer experimentos, este recurso le es muy útil.
- Buscar manualidades: si en vez de experimentos, prefieren las manualidades, hay muchos canales de manualidades sencillas que pueden replicar. Aquí la pantalla te va a ayudar a no tener que pensarla tu, y a tener un video de guía del paso a paso, aprovechemos la gran variedad que hay.
- Crear historias. Seguro que tus peques alguna vez han visto un video de abrir juguetes en youtube. Pues las mías, de ese tipo de videos, pasaron a los que contaban historias con muñecos, cómo los del canal de Pinypon. De ahi, solo hay que animarlas a que creen historias y videos como esos con sus propios juguetes. Eso, además, les ayuda a gestionar sus emociones, lo que les pasa, a través del juego. Es un gran canalizador. Hay muchos videos con historias creadas por pequeños, un ejemplo:
- Aprender trucos para los juegos. Esto ya lo hacíamos hace años, buscar trucos de cómo pasarse una etapa de Mario, por ejemplo. Pues también es una forma de usar ese tiempo de juego, aprendiendo a buscar recursos en internet. ¿Qué no puedo pasarme esta etapa de tal juego?, pues a ver si encuentro el video que me enseña el truco!
Eso sí, para mi es importante igual tener un límite de tiempo, que descansen la vista, que hagan otras cosas, pero estas ideas nos sirven para que no estén 2 horas viendo videos sin parar…y sin saber qué ven la verdad. De igual forma, siempre intento estar atenta a lo que están viendo, que a veces para la edad de las terremoto, los videos de youtube kids son algo limitados, pero youtube tiene demasiado contenido que no me interesa para nada que vean. Hay que estar atento.
Si tienes alguna idea sobre otros usos positivos de la pantalla, son bienvenidos! Déjame un comentario!