La guerra del petróleo

Leo la prensa y no me lo creo. Hay una guerra civil en Libia y todos los medios nos cuentan la misma película: Gadafi es el malo malísimo, y tenemos que salvar a los rebeldes que son los buenos buenísimos. Los mass media han creado y nos han vendido 2 bandos nítidos, los buenos y los malos, al más puro estilo Factoría Disney. Simplista al máximo. Maniqueísta. Fácil de digerir por las mentes mediocres y abotargadas frente a la TV de las salas de estar occidentales. Y desde la comodidad de esas salas de estar, entre zapping y zapping, vemos los buitres de guerra sobrevolando la bestia agonizante de Gadafi, que se defiende a zarpazos. Gadafi es ya un cadáver. Los países de occidente ya hemos decidido quién tiene que ganar, hemos negociado suculentos contratos con la oposición, utilizamos a los rebeldes de Bengasi como una pantalla romántica y nos vamos a repartir el cremoso pastel rebosante de petróleo. Nosotros, los buitres, sabemos que Libia es el cuarto productor mundial de crudo.

Pero es que incluso el propio Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el sábado pasado por mayoría la resolución 1.973 con la intención de poner fin a la ofensiva del régimen de Muamar Gadafi, autorizando a los estados miembros a "tomar todas las medidas necesarias" para proteger a la población así como el establecimiento de una zona de exclusión aérea. La intervención es "legal". Estoy boquiabierto, de verdad. Sin habla. Y en menos de 48h, los héroes de la peli ya estamos bombardeando a diestro y siniestro. Nosotros, los buenos. Eso es eficacia. ¿Y los cientos de resoluciones de la ONU incumplidas? ¿Y el conflicto palestino? ¿Y el Sáhara Occidental? 35 años de silencio internacional. Pero en Libia hay petróleo, señores, y entonces enarbolamos la bandera de los derechos humanos y de la democracia y de la libertad, y allá vamos. Hay otra guerra civil en Costa de Marfil pero se nos ha olvidado. Los medios no han escrito ningún guión para esa película. No sabemos quiénes son los buenos o quiénes son los malos. Allá no hay petróleo.