Ciertamente nos encontramos ante una la película que supone el broche de oro, el cierre perfecto, a esta trilogía-precuela de la saga del Planeta de los Simios. Esto, desde mi punto de vista, convierte a esta trilogía en una de las mejores y más importantes de los últimos tiempos ya que es de las pocas en las que los tres films que la componen son de enorme calidad y no hay ninguna que baje el nivel del conjunto global.
La película en sí misma no es perfecta, pero atesora mucha calidad en todos sus aspectos. Yo diría que se encuentra casi al nivel de El origen del planeta de los simios y bastante por encima de El amanecer del planeta de los simios. Más calmada y reflexiva que su predecesora, La guerra del planeta de los simios navega por varios géneros y contiene menos acción de la que pudiésemos esperar, tanto por su título como por cómo nos la han vendido durante su campaña publicitaria.
Es más, nada más salir del cine me quedé pensando que los títulos de las películas están intercambiados. Hubiese sido mucho más acertado llamar La guerra de... a la segunda entrega y El amanecer de... a esta tercera. Pero bueno, es una reflexión personal sin más.Otra vez nos encontramos con un salto temporal más o menos importante entre la anterior película y esta, lo que vuelve a generarnos muchas preguntas que no van a tener respuesta. Esto ya nos había pasado con El amanecer... y, aunque aquí el salto no parezca tan brusco, es suficiente para que nos hagamos preguntas.
En la trama guerra, lo que se dice guerra, vamos a encontrar más bien poca, ya que en realidad la historia se convierte en una búsqueda de venganza personal en toda regla, tanto para el simio César como para su antagonista, el coronel interpretado por Woody Harrelson. Conoceremos las motivaciones de ambos y asistiremos al desenlace del conflicto que es, sin duda, espectacular aunque esté adornado con algunos detalles de dudosa verosimilud. Algunos de estos detalles parecen no tener más motivo que resaltar, una vez más, la estupidez y crueldad del ser humano a partes iguales.
Los apartados técnicos de la película vuelven a ser impresionantes, ayudando, de nuevo, a que la tremenda interpretación de Andy Serkins sea uno de los elementos más destacables de la película. Vuelven a conseguir con una facilidad pasmosa que nos olvidemos de que los simios que vemos en pantalla no son reales y a que nos creamos sus reacciones y emociones. No es de extrañar que, otra vez, se hayan alzado muchas voces pidiendo un merecidísimo Oscar de interpretación para este monstruo de la captura de movimiento.
Los guiños al film original y la explicación de algunos detalles de la misma, hacen que el desenlace de la historia y la historia en sí misma pueda enlazarse perfectamente con El planeta de los simios original, cerrando el circulo; pero también es lo suficientemente abierto y (parece) distante en el tiempo como para permitir que, si lo desean, puedan ampliar la saga con nuevas entregas.
Ya veremos que pasa.
Lo mejor: Los apartados técnicos. La banda sonora. La historia y lo bien que se mueve saltando entre diferentes géneros. El punto cómico que aporta el simio Simio Malo interpretado por Steve Zahn que sirve para aliviar tensiones a lo largo de la tensa película.
Lo peor: Algunas secuencias poco creíbles cortan un poco el clima de la película. La intervención del azar le resta enjundia a la victoria de los simios. Sobran algunos subtitulos. No es necesario darlo todo tan masticado, hay que dejar lugar a que sea el espectador el que interprete lo que está viendo.
Nota: 7,5/10
La frase: "Yo no comencé esta guerra, pero voy a ponerle fin"
Ficha en IMDB: http://www.imdb.com/title/tt3450958/