Zulika King.
El pueblo necesita apostar a la eficiencia del Estado, tarea titánica que éste tiene para la erradicación de los viejos vicios inherentes a su esencia burguesa, tales como el burocratismo, la inoperancia, la corrupción, la ineficiencia y la indolencia, los cuales han permeado todas sus estructuras, debilitando así el avance de la Revolución. De allí la necesidad de nuestro camarada Presidente Nicolás Maduro de haber ideado el tan esperado “sacudón”. Sabemos que no será tarea fácil, pero sí impostergable. Si la Revolución no logra pulverizar al Estado Burgués estaríamos condenándola inexorablemente a su fin, y esta posibilidad debe ser descartada de plano, ya que la voluntad política demostrada por el camarada Presidente para el desmontaje del pernicioso Estado Burgués, ha quedado clara. Falta ver si quienes le acompañan en el gobierno están en total sintonía con la determinación política e histórica que demanda la Revolución para su propia permanencia.
Estamos viviendo tiempos convulsos y álgidos para el proceso revolucionario, en lo político y económico. Sabemos que el tiempo es relativo, pero en lo político pareciera que el mismo se acortara, cuando caemos en cuenta de todas las tareas que tenemos pendientes y que debemos enfrentar y vencer, de allí la necesidad que el gobierno redoble el paso, considerando todos los poderes fácticos internos y externos que se han aliado con el único fin de socavar la moral revolucionaria, la esperanza del pueblo y, por supuesto, el apoyo con que cuenta nuestro gobierno revolucionario.
Estos elementos desestabilizadores vienen creando un caldo de cultivo necesario para el avance de la contrarrevolución. Es determinante e imprescindible que las filas revolucionarias nos preparemos para el recrudecimiento de acciones que por parte de la ultraderecha vendrán, conforme se acerquen las elecciones a la Asamblea Nacional. Harán lo propio para evitar que el chavismo obtenga la mayoría parlamentaria necesaria para asegurar las leyes indispensables para el avance del proceso revolucionario. Es imperativo que el gobierno haga mayor énfasis en lo económico, ya que es este el punto más neurálgico y vulnerable, en el cual se afianza la contrarrevolución para atacar al gobierno y al modelo socialista que ni siquiera se ha aplicado en lo concreto.
Lo que es innegable es el esfuerzo que el Estado viene haciendo en contra de la guerra económica, pero aún falta un buen trecho por recorrer. No es fácil lo que estamos enfrentando. Se pudiese decir que todos contra uno. ¿Quién lo puede dudar? Cuando digo todos, me refiero al poder económico y a la ultraderecha apátrida, que vergonzosamente se han aliado para destruir los logros que en materia económica tanto le ha costado al país alcanzar. Pero una vez más, no pasarán. Cuando digo todos contra uno, me refiero a todos contra el gobierno, que enfrenta a estos poderes para evitar que le quiten al pueblo todas las reivindicaciones alcanzadas en nuestra Revolución.
Puedo entender a nuestro pueblo en su angustia, que es la mía, cuando ve que el sueldo no le alcanza, producto de la inflación inducida. También puedo entender la profunda molestia que se siente cuando no se consiguen los productos de la cesta básica, entre otros. Pero lo que sí es evidente es que la especulación y el desabastecimiento continúan su marcha hacia la desestabilización, en búsqueda de un posible estallido social; no obstante, los factores interesados en ello se van a quedar con las ganas, porque nosotros, el pueblo revolucionario y profundamente chavista estamos claros de sus planes perversos y no se la vamos a poner nada fácil; al contrario, a pesar de lo bien concebido y despiadado del ataque económico que han desplegado contra la nación.
Nosotros, los hijos de Chávez, revolucionarios como somos, les demostraremos una vez más de la madera que estamos hechos. No nos arrodillarán como pretendieron hacerlo en el paro petrolero que, por cierto, nunca levantaron. Camaradas, hoy la Revolución nos necesita más cohesionados que nunca, nos espera firmes, claros ante el enemigo a vencer, que es el mismo de siempre, el gran capital y sus lacayos de aquí y de allá. Recordemos el pedido de la última proclama de nuestro Gigante aquel triste 8 de diciembre: ¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria! Se lo debemos. Acompañemos al camarada Nicolás en la batalla titánica que viene enfrentando para que sigamos teniendo Patria, aunque muchos infelices se burlen de esa hermosa frase. Seguiremos teniendo Patria, ¡duélale a quien le duela, carajo!
No dejemos a la inercia de la Historia el destino de nuestra Revolución. Sigamos trabajando por ella y hagámosla irreversible para las generaciones futuras. Todos y cada uno de los revolucionarios debemos sentir profundo orgullo del tiempo histórico que nos ha tocado vivir al lado de nuestro Gigante y, bajo su genio, nos hemos convertido en constructores del cambio profundo que demanda la Patria. Sigamos juntos haciendo revolución, abriendo las grandes alamedas donde transitarán las generaciones futuras. Entonces, camaradas, el llamado es a vencer. Entendamos que Chávez vivirá mientras el pueblo luche, sin olvidar que quien abandona sus sueños se convierte en un cobarde. Adelante, aquí nadie se rinde, ya que siempre contaremos con el profundo amor de nuestro eterno amigo y camarada, Hugo Chávez.
Zulika King
Coordinadora General del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza
25 de
septiembre de 2014
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