La guerra entre los antiguos mayas
Primera parte: Aspectos generales del conflicto bélico
Segunda parte: Organización político-militar
Tercera parte: Armamento
Cuarta parte: Atavíos
Quinta parte: Arquitectura bélica
Sexta parte: Guerra y ritualidad
Séptima parte: Representaciones pictográficas y esculturales
Octava parte: Registro escrito, las inscripciones
En estos días voy a proceder a escribir una serie de artículos centrados en un tema muy poco conocido: los diversos aspectos de la guerra entre los antiguos mayas, abarcando para ello tantos ámbitos como me sea posible ya sea arquitectura, armamento, organización... espero que os guste.
A modo de introducción hemos de señalar que, desgraciadamente, la guerra se trata de un fenómeno muy conocido por toda la humanidad, repitiéndose en todas las épocas y de la cual todas las culturas que conocemos han sido partícipes en mayor o menor medida de ella.
Algunos autores de gran renombre como Webster (1975), Carneiro (1970) o Fried (1967) han llegado a afirmar la importancia de la guerra a lo largo de la historia como mecanismo evolucionario primordial de las culturas. Webster definirá la guerra como confrontaciones planteadas entre grupos organizados que comparten o creen compartir intereses comunes, estando preparados para conseguir esos intereses mediante formas de intimidación y confrontaciones armadas violentas que pueden provocar matanzas desencadenadas. Por su parte, y centrándonos más en el caso que nos ocupa, Carneiro profundiza algo más, llegando a aplicar un esquema que a grandes rasgos, puede ser perfectamente extrapolable al caso maya: el aumento de la población en una región delimitada ambientalmente puede llegar a generar conflicto sobre unos recursos básicos inevitablemente menguantes, siendo especialmente demandada la propia tierra. Los grupos vencidos quedarían subordinados a los vencedores, estableciéndose así las bases de una incipiente estratificación social.
Pintura mural de Bonampak
Durante muchos años se mantuvo la creencia de que los mayas eran una sociedad pacífica, ajena a toda esa espiral de violencia que ha conformado la historia de nuestra humanidad, es más, se creía que se trató de la única sociedad puramente pacífica del planeta, no obstante, los avances en arqueología, epigrafía e iconografía (así como el estudio y la comprensión de las maravillosas pinturas murales del sitio de Bonampak) han demostrado lo contrario, que las guerras no sólo eran frecuentes en la sociedad maya, sino que eran esenciales para el propio surgimiento y la organización de la misma.Para el estudio de la guerra en el caso maya contamos con textos epigráficos, representaciones esculturales y pictográficas, algunos rasgos arquitectónicos así como el estudio de algunos artefactos, no obstante, uno de los elementos más importantes con los que podemos contar son los escritos de los españoles que lucharon contra ellos en los siglos XVI y XVII. Un ejemplo de elo sería el siguiente fragmento de Bernal Díaz del Castillo:
" (...) Y topamos todas las capitanías y escuadrones que nos iban a buscar, y traían grandes penachos y atambores y trompetillas, y las caras almagradas, blancas y prietas, y con grandes arcos y flechas, y lanzas y rodelas, y espadas como montantes a dos manos, y muchas hondas y piedra y varas tostadas, y cada uno sus armas [armaduras] colchadas de algodón; y ansí como llegaron a nosotros, como eran grandes escuadrones, que todas las sabanas cobrían, y se vienen como rabiosos y nos cercan por todas partes, y tiran tanta de flecha y vara y piedra, que de la primera arremetida hirieron a más de setenta de los nuestros (...)"A día de hoy sabemos que la guerra jugó un papel muy importante para los antiguos mayas, aunque no siempre se le otorgaría esa importancia: irá aumentando con el paso del tiempo, por lo que se puede asociar la importancia bélica con la creciente complejidad de la sociedad maya hasta alcanzar los niveles del Posclásico ya que conforme transcurre el período Clásico vemos que los conflictos armados aumentan considerablemente de intensidad, así como la competencia por las tierras, el prestigio, los recursos y el poder.
A diferencia de lo que podamos creer, los pueblos mesoamericanos (con alguna excepción del caso Mexica) no organizaban ni guerras de conquista, ni guerras a largo plazo como habría hecho el Imperio Macedonio o el Imperio Romano. Los mayas no llevaban a cabo luchas a gran escala, sino más bien enfrentamientos limitados tanto en duración como en alcance ya que:
- El conflicto de larga duración y alcance es muy dificil de realizar y habría causado un gran detrimento tanto en la población como en los recursos de los que se disponía
- El conflicto de corta duración y alcance proporciona un aumento casi inmediato de la riqueza, con todas las implicaciones políticas que ello conllevaba (prestigio, apoyo, vasallaje...)
Por lo tanto, una de las características principales de las guerras entre la mayor parte de los antiguos mayas es que se desarrolló mediante combates limitados, la guerra era un conflicto ritualizado o una contienda sin intención de conquista, no buscaba aniquilar por completo al enemigo no anexionar su territorio, sino que se buscaba la captación de tributos y cautivos, estos últimos principalmente en el período Clásico, como demostración de dominio así como para la sacralización de ciertos eventos (por ello se llevarían a cabo los sacrificios, para sacralizar la inauguración de alguna importante edificación o la ascensión de un Ajaw al trono).
Pese a ello, no todos los colectivos mayas cumplen esta característica y muchísimo menos en el período Posclásico: se buscarán los mismos objetivos descritos anteriormente (captura de esclavos para la sacralización de eventos, demostración de fuerza, aumento de la riqueza...) pero hemos de añadir un nuevo objetivo nunca visto hasta el momento como es la anexión de nuevos territorios. Ya hemos hablado del caso Azteca, pero esta característica no se limita al Imperio Mexica, ya que algunos colectivos mayas de las Tierras Altas buscarán la anexión de nuevos territorios con sus campañas bélicas (especialmente los Quichés, los Cakchiqueles y los Tzutujiles). El ejemplo más claro sería el caso Quiché quienes en pleno período Posclásico, bajo el mando de Quicab el Grande, llegarán a dominar un extensísmo territorio en las Tierras Altas guatemaltecas.
Concluyendo ya con este apartado introductorio a la guerra entre los antiguos mayas volveremos al tema del cautiverio por guerra, ya que se trata de un capítulo de bastante importancia. Hemos de tener muy claro que los cautivos tendrían un destino muy diferente dependiendo del rango y su posición dentro de la sociedad enemiga tal y como asegura fray Diego de Landa:
Relieve de un cautivo
del sitio de Toniná
- Si el cautivo no era miembro de la élite enemiga: sería esclavizado por el guerrero que lo hubiese capturado
- Si el cautivo era miembro de la élite enemiga: se utilizaría para los sacrificios.
Finalmente, otro aspecto importante de la guerra entre los antiguos mayas era su búsqueda de la desacralización de la gran mayoría de los monumentos de los vencidos, ya fuese mediante la mutilación intencionada de algunos rasgos como los ojos o incluso el rostro completo, llegándose a dar el caso de la decapitación de las esculturas enemigas o mediante el enterramiento de sus monumentos más representativos como estelas, grabados o esculturas.
Referencias bibliográficas:-GARZA CAMINO, M. (de la), y NÁJERA CORONADO, M.I. (Coord.); Religión Maya; Editorial Trotta; Madrid; 2002-LOPEZ LUJAN, L. y MANZANILLA, L. (Coord.); Historia Antigua de México (Vol. II: El horizonte Clásico); M. A. Porrúa; México; 2001-LOPEZ LUJAN, L. y MANZANILLA, L. (Coord.); Historia Antigua de México (Vol. III: El horizonte Posclásico); M. A. Porrúa; México; 2001-PALLAN GAYOL, C.; Breve historia de los Mayas; Nowtilus; Madrid; 2011