Un artículo de The Independent de Gran Bretaña cuya traducción reproducen varios medios en español, afirma que el colapso de los opositores en Libia en las últimas 48 horas fue espectacular.
El lunes habían estado a 65 kilómetros de Sirte, la ciudad natal de Muamar el Gaddafi, celebrando ya la captura del baluarte leal y el puesto clave hacia la capital, Trípoli. Ahora retrocedieron unos 160 kilómetros por la costa y están en Ajdabiya, uno de los dos más importantes puertos petroleros en el área. El otro, Brega, fue dejado indefenso cuando los rebeldes huyeron atravesándolo sin detenerse.
Continúa su relato el periódico: Mientras las frustraciones y la amargura crecían, muchos de los combatientes arremetieron contra su jerarquía militar y política. “¿Dónde está el califa Heftar? ¿Donde está Fathar Yunis? –preguntó el capitán Ahmed Abdul-Karem–. Estuve en el frente durante los dos últimos meses, nunca los vi.
¿Dónde están las armas y los hombres entrenados que nos prometieron?”
Las fuerzas de Gaddafi continúan avanzando en un patrón organizado y deliberado, a pesar de dos semanas de ataques por las fuerzas aéreas más poderosas del mundo, también explica The Independent.
Hoy los sublevados pidieron un alto al fuego que fue rechazo por el gobierno libio al no aceptar las condiciones propuestas por los rebeldes y afirmar que no aceptaban retirarse de las ciudades controladas por sus fuerzas, anunció un portavoz del gobierno en Trípoli.
“Los rebeldes nunca ofrecieron la paz. No ofrecen la paz. Piden lo imposible”, declaró el portavoz Mussa Ibrahim, para quien la proposición de los rebeldes es “un ardid”.
Los rebeldes libios afirmaron el viernes que están dispuestos a respetar el alto al fuego a condición que las fuerzas favorables a Gadafi suspendan su ofensiva contra las ciudades en poder de los insurgentes y se retiren de las ciudades que rodean.
“No abandonaremos nuestras ciudades. Nosotros somos el gobierno, ellos no”, añadió, el portavoz, aunque dijo que su gobierno está siempre listo para la paz y el diálogo.
Desde Estados Unidos la operación calificada de humanitaria en Libia por el presidente Barack Obama es descrita en términos crudamente militares por dos altos funcionarios estadounidenses de defensa, informó hoy The Washington Post.
Según el rotativo, el lenguaje utilizado por el secretario de Defensa, Robert Gates; y el almirante Michael Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto, desdibuja los objetivos inicialmente planteados por el mandatario para atacar al país musulmán.
Ante el Comité de los Servicios Armados del Senado, Gates defendió los persistentes bombardeos contra esa nación, como muestra suprema de la doctrina “humanitaria” de la guerra.
Estimó que esas acciones alentarían a altos funcionarios y oficiales del ejército a romper con Muamar el Gaddafi, e inspiraría a más civiles a unirse a la oposición.
Llegará el momento, añadió, en que el ejército de El Gadafi se dará cuenta de si está preparado para enfrentar los ataques aéreos o decide doblegarse.
"Lo que está ocurriendo en Libia no es una zona de exclusión aérea" señaló el Post, mencionando algunos testimonios e informó que Gates dejó clara la intención de Washington y sus aliados de ayudar a la oposición y obligar a El Gadafi a rendirse.
Tales pronunciamientos indujeron a que algunos legisladores opuestos a la intervención, señaló el diario, acusaran al Presidente de engañar al público sobre sus objetivos en Libia.