Seguramente si digo el nombre de Robert E. Howard poca gente lo conoce. Sin embargo, si digo Conan el Bárbaro, todos sabéis quién es. Pues Robert E. Howard es el padre de Conan, aparte de otros personajes como Kull o Solomon Kane.
No obstante, al haberse hecho popular a través del cómic y de la película de Arnold Schwartzenegger, se tiende a olvidar que Conan nació de la mente de un escritor dedicado a escribir para las pulp: revistas baratas hechas con pulpa de papel (de ahí su nombre) que contenían relatos emocionantes y de final rápido. Más o menos lo que pedía el lector golpeado por la Gran Depresión.
Desde muy joven, Howard decidió que iba a dedicarse profesionalmente a escribir. Por eso, aparte de publicar en Weird Tales, escribió historias de boxeo para publicaciones especializadas e incluso algún relato erótico bajo pseudónimo. Con el tiempo llegó a cartearse con H.P. Lovecraft y Clark Ashton Smith, siendo lo que L. Sprague de Camp denominó "Los tres mosqueteros".
No obstante, la vida en Cross Plain no era fácil para un escritor. Se trataba de un ambiente en el que no se sentía comprendido. De modo que encontraba consuelo en su correspondencia y en su relación con Novalyne Price, con la que más adelante cortaría. Cuanto la enfermedad de su madre se hizo irreversible y ella entró en coma, puso fin a su vida de un disparo.
La guía de Robert E. Howard (Sportula Ediciones) viene a arrojar algo de luz a un personaje complicado. Son muchas las mentiras que circulan sobre él, algunas de cuales se inventó él mismo. A Lovecraft le decía que vivía en un lugar brutal y que había participado en varios tiroteos.
Sprague de Camp, como de costumbre, tiene mucho que ver con esta desinformación. Ya puso a Lovecraft de borderline en su biografía y también a Clark Ashton Smith (a pesar de ser amigos). Y no contento con ello, hizo lo mismo con Howard, a quien retrata como un psicótico inadaptado incapaz de relacionarse con sus semejantes y medio enloquecido por sus personajes. Sacando de contexto varias afirmaciones del tejano, logra crear una figura totalmente desquiciada.
Y es que se da la paradoja de que la criatura ha devorado al creador y que todos conocemos (o creemos conocer) a Conan. Pero en realidad, después de leer esta biografía te darás cuenta, como Jon Nieve, de que no sabes nada. Es cierto que la película de Milius lo hizo accesible al gran público (eso sin olvidar la magnífica banda sonora de Poledouris), pero en cambio lo alejó de la creación de Howard, que no era tan musculoso y tampoco hubiera aguantado ni un día dando vueltas a una rueda.
Crom bendiga a nuestros héroes
Kull y Solomon Kane también son conocidos para el gran público gracias a sus respectivas películas. Lo cual tiene la ventaja de llegar a más gente, pero el inconveniente de separarse de la concepción original que tenía el autor sobre ellos. Un autor que además de crear personajes carismáticos, también hizo el mundo de Hiboria, una edad perdida de la Tierra.
Una obra esclarecedora sobre su figura, que presenta su biografía, dónde se publicaron sus historias, el orden de lectura y presta especial atención a los cómics y películas además de hablarnos de las mujeres que lo acompañaban como Valeria o Bélit. Y de otras creaciones femeninas importantes, como Red Sonja.
Una obra imprescindible no sólo para los aficionados al weird, sino para cualquiera que quiera conocer a un escritor apasionante. Además, la traducción de Rodolfo Martínez es impecable.