Los gatos duermen carcasas olvidadas. Foto: Sara Gordón
Pasear por La Habana. Foto: Sara Gordón
Cuba está hecha de remiendos, de un espacio congelado en un tiempo que avanza inexorablemente, de sonrisas y de salsa que se cuela por las puertas abiertas de las casas y las terrazas donde el ron se convierte en mojito para sofocar el calor pegadizo. Cuba es una experiencia que hay que vivir sin prisa, con los ojos muy abiertos y el ánimo dispuesto para participar y aprender. Cuba es distinta.
Calles para perderse de La Habana. Foto: Sara Gordón
Plaza 13 de marzo. Foto: Sara Gordón
No hay mapas que te guíen por la Habana, cada paso es una consecuencia del anterior; de un cartel, de algún consejo, de la música que se escucha… Tampoco existen relojes que midan el tiempo mientras te pierdes por las calles empapadas de historia estancada en las casas coloniales. Los colores dibujan una vida al sol y lo mejor es dejarse llevar por el empedrado de la Habana vieja; pararse en los mercadillos callejeros a mirar las fotografías antiguas de los que vivieron en este barrio cuando Cuba era otro mundo diferente; bailar el son de los músicos de la Bodeguita del Medio mientras bebes un mojito; descansar disfrutando de las magníficas vistas que ofrece la terraza del hotel Ambos Mundos detenido en los años 30; entrar en las librerías de la calle Mercaderes; probar el daiquiri de La Floridita que es sin duda el mejor remedio para el sudor permanente que te imprime La Habana…
La calle mercaderes. Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
El callejón de Hamel es una explosión de creatividad en mitad de la ciudad. El pintor Salvador González Escalona, al que puedes ver allí desarrollando su obra comenzó un día a pintar esta calle en la que él vive. Los objetos se reciclan y se convierten en depositarios de reflexiones, una bañera porta el mensaje de “El principito”, una silla de forja se convierte en un trono improvisado. Los significados y los significantes se mezclan con colores vivos y vegetación. En mitad del callejón el bar el Negrón te invita al descanso.
El callejón del Hamel. Foto: Sara Gordón
El callejón del Hamel. Foto: Sara Gordón
El callejón del Hamel. Foto: Sara Gordón
Estando en Cuba nunca se puede perder de vista la revolución y no hay mejor sitio para recordar a dos de sus guerrilleros que en la plaza del mismo nombre. 4,5 hectáreas que pueden acoger hasta un millón de personas pero que normalmente contiene un vacio silencioso donde se pierde la mirada del Che, de Cienfuegos y de José Martín.
La plaza de la revolución. Foto: Sara Gordón
La plaza de la revolución. Foto: Sara Gordón
Plaza vieja. Foto: Sara Gordón
Las aceras del Vedado se llenan de la música nocturna que atrae a los cubanos, del olor de los paladares y de una Habana más moderna. Aquí el ruido del asfalto se confunde en una competición entre cocotaxis, los coches “modernos” de alquiler, coches de los años 50, autobuses amarillos, bicitaxis… una sinfonía de transportes envuelta en humo que puede hipnotizarte durante horas.
Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
La Habana es un crisol de historias detenidas en el tiempo para que tu experiencia forme un recuerdo único; es la gente que te para por la calle para decirte que hace mucho calor y conversar; La Habana es el presente viviendo del pasado en una clase magistral de reciclaje; La Habana sabe a vida.
Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
Foto: Sara Gordón
Publicado en CUBA