Revista Cultura y Ocio

La habitación de Jacob: lo incomprensible de un ideal (I)

Publicado el 10 abril 2017 por Carmoran @ensayistica

La habitación de Jacob: lo incomprensible de un ideal (I)

Llevo más de 90 entradas publicadas en el blog, y la mayoría de ensayos abarcan temáticas muy distintas, algunos son más complejos que otros, pero nunca me había pasado lo que me ha pasado con esta novela de Virginia Woolf, y es que tengo la sensación de que no he entendido nada. La habitación de Jacob es un complejo laberinto literario mediante el cual vamos a conocer a una persona no a través de sus acciones, o sus palabras, sino a través de las opiniones y recuerdos que los demás tienen de él. Dentro de todo ese parloteo, de idas y venidas de pensamientos y viejas memorias que se entremezclan, se encuentra Jacob, protagonista de una historia de la que es difícil resumir un argumento posible; no obstante, si existiera una definición para esta novela sería la de una historia desestructurada estructurada (valga la redundancia) en torno a una ausencia. ¿Cómo se puede describir una ausencia sin caer en la absoluta confusión?

Reconozco que pocas veces leo los análisis en torno a las obras que leo (quiero formarme mi propia opinión), y si busco información, siempre tiene que ver con el contexto histórico, tanto de la historia en cuestión como del autor o autora. Lo que he descubierto acerca de esta novela es que se trata de un experimento de deconstrucción de la novela inglesa por parte de Woolf para introducirse de lleno en el modernismo, o dicho de otra manera, para romper con todo lo establecido previamente en la literatura.

No obstante, si hay algo que me ha gustado mucho leer es la crítica, no sin falta de inquina, que Woolf vierte contra las habladurías, la crueldad, el vivir por vivir sin más motivación en la vida que ver pasar el tiempo, el hastío generalizado, la soberbia, la falta de empatía... Woolf es de las pocas escritoras que transmite mucha mala leche usando las palabras más elegantes posibles. No es de extrañar pues, que el auténtico jugo de la novela, o al menos así lo percibo, es lo que el resto de los personajes hace y dice, más que Jacob, que se supone que es el protagonista. Aunque como mucho de nosotros sabemos, lo que una persona dice de otra nos aporta más información sobre la persona que habla que sobre la persona que nos es descrita. Y en este caso, puedo decir que esa regla se cumple.

La vida en Dod Hills (pueblo de la infancia de Jacob) pasa sin pena ni gloria, y esto es lo que va a determinar el significado que progresivamente va a tener la historia en su conjunto. La vida en este pequeño pueblo se basa en hablar de los demás (no podían/sabían hacer otra cosa), el cómo y el por qué no importaban. Por ejemplo, sabemos que Betty Flanders (madre de Jacob) está iniciando un romance con el capitán Barfoot (que está casado con otra mujer), y algunas mujeres del pueblo lo comentan de esta manera:

- Pero eso es culpa de Ellen Barfoot, no se toma ninguna molestia para con nadie.

- A un hombre le gusta tener un hijo... eso se sabe.

- Algunos tumores tienen que ser extirpados; pero el que tenía mi madre tuvo que soportarlo durante años y años, sin que le subieran el té a la cama ni un solo día.

Justo después de este diálogo, Woolf nos indica el detalle entre paréntesis de que la señora Barfoot, esposa del capitán, era inválida. A decir verdad, he rescatado este diálogo no solo por la evidente crueldad implícita que hay en él, sino porque es uno de los pocos diálogos donde podemos encontrar cierta coherencia entre el tema que se está tratando y lo que el resto de personas opinan sobre ese asunto. Tened en cuenta que solo son tres líneas de diálogo, y la tercera parece estar ya cambiando de tema.

La habitación de Jacob: lo incomprensible de un ideal (I)

En este corto diálogo encontramos dos detalles: por un lado, no hay ningún límite a la hora de hablar de los demás, pues en este caso da igual que la señora Barfoot sea inválida para creerla culpable de algo que ella no puede evitar (imposibilidad de tener hijos); por otro lado, he mencionado que este diálogo es uno de los más estructurados que hay al guardar cierta relación con el tema que están hablando (imaginad cómo son el resto de diálogos).

Teniendo en cuenta el último punto podemos llegar a la siguiente conclusión: es el aburrimiento, la rutina, y el hastío lo que hace que vivir de manera consciente se haga insoportable, lo que explicaría el por qué de que en las primeras páginas de la novela no parezca existir una conexión lógica entre la sucesión de eventos, ideas, y conversaciones; se trata de perderse en el mundo de los pensamientos para escapar de la realidad, pues nadie puede espiar lo que piensas, y tal vez por eso Virginia Woolf decidió titular a esta novela La habitación de Jacob, porque esa habitación representa un mar de ideas al que nosotros no tenemos acceso de no ser por lo que hablan los demás. De hecho, antes de acabar voy a señalar otra cita de la novela que expresa de manera impecable (y también difícil de entender) la teoría de que es el vivir por vivir lo que consume lentamente a las personas:

"No son las catástrofes, los asesinatos, las muertes, las enfermedades, lo que nos envejece y nos mata; es la manera como la gente mira, ríe y sube corriendo las escaleras de los autobuses."

En la siguiente entrada empezaré a hablar de Jacob (lo que se puede hablar de él) y el por qué del subtítulo de esta entrada: lo incomprensible de un ideal.

Todos los comentarios son bienvenidos.


Fuente de las imágenes:
http://lecturaylocura.com/la-habitacion-de-jacob/

https://es.pinterest.com/pin/272186371204284090/

https://es.slideshare.net/Lilyan/tcnicas-narrativas-actuales-2-presentation


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