Revista En Femenino

La habitación del bebé: fase I

Por Lectoraprofeymama

Cuando nos mudamos a esta casa, ya sabíamos que queríamos tener un bebé (aunque yo no acababa de lanzarme a la piscina porque estando en el paro sin derecho a prestación me daba un poquito de miedo). De hecho, aunque a mí me daba mucha pereza pensar en mudarme, empezamos a buscar una casa nueva porque en nuestra anterior morada los cerramientos de las ventanas eran muy deficientes y hacía mucho frío y humedad en invierno, y así no se podía criar a un bebé. En fin, que desde que vimos esta casa (que, por cierto, fue amor a primera vista, y pasión cuando descubrí que encima tenía vestidor) yo tenía clarísimo cuál sería la habitación de nuestro niño.

Pero las mudanzas tienen miga, como todo el mundo sabe. El primer día la casa estaba llena de cajas por todas partes. Poco a poco fuimos desembalando, y algunas habitaciones se han ido despejando: la primera fue la cocina, más tarde nuestro dormitorio, luego vino el estudio, después el salón y el cuarto de invitados… Y, sin embargo, el cuarto del bebé (que aún no estaba en camino) se convirtió en un práctico trastero para dejar algunas cajas (el padre de la criatura y yo llevamos tres años viviendo juntos y hay cajas que hemos mudado de un lado a otro sin que yo nunca haya visto su contenido), trastos para los que no hemos encontrado sitio… Vamos, que tenemos un práctico trastero en el que no encaja del todo un bebé (¿serán manías mías?).

El cuarto del bebé, actualmente. No quería poner una foto que documentara demasiado bien nuestro síndrome de Diógenes, así que he editado un poquito la foto con una aplicación monísima que tengo en el móvil. Pero os hacéis una idea, ¿no?

El cuarto del bebé, actualmente. No quería dejar una prueba clara de nuestro síndrome de Diógenes, así que he editado un poquito la foto con una aplicación monísima que tengo en el móvil. Pero os hacéis una idea, ¿no?

Poco a poco mi embarazo sigue avanzando, y hemos decidido que este verano sin falta hay que dejar listo el cuarto del bebé, que en principio será más bien para sus juguetes, un par de sillones y una alfombra para jugar cuando tenga unos mesecitos… porque en realidad nosotros pensamos colechar (o semicolechar, porque vamos a poner una cunita sidecar pegada a nuestra cama). Sea como sea, queremos tenerlo listo antes de que la barriga me impida moverme (que aún me queda embarazo por delante, pero ya empiezo a notarme torpona).

Total, que esta semana vamos a empezar la «Operación cuarto del bebé». El primer paso ha sido llamar a un carpintero, porque los armarios de la casa son monísimos, pero están sin amueblar por dentro. Para la ropa nos hemos apañado con cajoneras de Ikea, pero queremos ponerle la balda a los altillos, ¡que eso es mucho espacio de almacenamiento ganado! Puede pareceros mentira que dos adultos y tres animales noten falta de almacenamiento en una casa con cuatro habitaciones, pero la verdad es que se junta que ambos tenemos muchísimos libros, yo demasiada ropa, él muchos trastos de la infancia (que no puedo obligarle a tirar, aunque quisiera) y toda su montaña de útiles de fotografía y cine… Para terminar de arreglarlo, los dueños de la casa nos pidieron que guardáramos una serie de trastos suyos «en cualquier armario» y claro, si queremos que el día de mañana el bebé pueda colgar su ropa necesitamos sacar sus chismes de ese único armario libre.

Ya con los altillos, podremos colocar un montón de cosas (yo creo que van a dar mucho de sí) y espero que sea el primer paso para que la habitación del bebé empiece a despejarse. Cuando esté vacía podremos considerar si hay que pintar el cuarto o lo dejamos con las paredes blancas, ¡y a partir de ahí empezaremos a comprar todas las cositas del bebé!

A mí ahora mismo me parece que queda muchísimo, pero por algo hay que empezar, ¿no?


Archivado en: Canastilla y compras para el bebé
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