Revista Decoración
Vicky quiere compartir la habitación de Alba, su peque:
"Hola, tururu!!!!
Como ves, la habitación es muy, muy pequeña y hace una forma extraña, así que no he podido montar una habitacioncita como me hubiera gustado: con la cuna ya montada, un rincón de lectura, uno de juegos... tendremos que ir adaptando el mobiliario a lo que Alba vaya necesitando en cada momento, de ahí que todo lo que hemos puesto sea barato, pero a la vez muy útil.
Por el momento es una habitación de recién nacido:
La pared marrón está pintada con el color Marrón de la colección Combina de ALP. Es una pintura de excelente calidad, que cubre muy bien. Buscaba un color que no fuera el típico de bebé pero que a la vez llamara la atención sin resultar estridente (al fin y al cabo la peque debe relajarse ahí, no volverse loca...). Tenía claro que el blanco iba a ser la base en todo el mobiliario, por lo que el color fuerte debía tener mucha personalidad.
El vinilo copia el dibujo de la manta que le pondremos este invierno en su cuna (que es lacada en blanco y le regalaron sus abuelitos al nacer). Me hace especial ilusión porque precisamente esa manta es la que tenía yo en mi cuna de pequeña, y que fue el regalo de mi madrina cuando yo nací. 33 años después, mi peque dormirá arropadita por ella.
La minicuna es un préstamo de una amiga. Lo único que hicimos, porque las patas eran color nogal, fue lacarlas en blanco satinado con la pistola. Han quedado perfectas.
La butaca, que me resulta comodísima para darle de mamar, la compré en una oferta de Conforama por sólo 26 euros. Es igual que las Poang de Ikea, pero no me venía bien irme hasta Murcia sólo a por la butaca, y encima la encontré mejor de precio... así que estoy encantada.
La mesita es una réplica de la mesita de noche que diseñó Eileen Grey en 1929 para la habitación de invitados de su casa, porque a su hermana le encantaba desayunar en la cama. Es regulable en altura, y creo que queda perfecta en la habitación porque su figura redondeada suaviza las formas rectas del resto del mobiliario. Resulta comodísima para dejar sobre ella todos los "aperos" necesarios para la lactancia. Además, le da el toque moderno que yo buscaba en la habitación, gracias al acero y el cristal. Fue adquirida en una tienda de decoración del barrio por 110 euros.
La cómoda es la archiconocida Malm de Ikea. Dudaba entre ponerla de tres cajones para usarla de cambiador, o de cuatro y aprovechar al máximo el espacio de almacenaje. Finalmente preferí poner el cambiador en el baño, donde me resulta más cómodo, por lo que escogí la de cuatro cajones, que cuesta 59'90 euros.
Las letras son de Verdbaudet. Son de cartulina blanca, por lo que permite pintarlas del color que se quiera. Por supuesto, aproveché restos de pintura de la pared para que combinaran con la habitación.
La lamparita es reciclada: el pie es de una lámpara azul que había en mi dormitorio. Como la pantalla no iba nada con el dormitorio pero el pie transparente me gustaba mucho, lo que hice fue buscar una pantalla de líneas rectas en el tono de la pared. La encontré en Conforama por sólo dos euros.
Las baldas son de Leroy Merlin, a 12'90 euros cada una. Me gustan muchísimo las Lack de Ikea, pero no las había de 80 cms, la anchura de la cómoda, por lo que en cuanto me llegó a las manos la publicidad de Leroy con baldas de 80 cms fui como loca a por ellas.
El armario, a juego con el resto de carpintería de la casa, está hecho a medida por un carpintero. Como por el momento los vestiditos de Alba son muy pequeños, caben perfectamente dos barras. Con el tiempo quitaremos la de abajo, pero ahora mismo las dos son perfectas para tenerlo todo ordenado.
Las perchas, en distintos tonos de marrón y blanco, se las encargué a Mamen de "Las cosas de Mamá" (http://mamentru.blogspot.com/ ). Ella y su cuñada Inés volcaron todo su cariño en su trabajo: se nota porque las perchitas están hechas al detalle, sin un solo fallo. Me gusta mucho cómo quedan en el armario, con todos los vestiditos de Alba. Se las pedí en telas variaditas, dentro de los mismos tonos, porque era incapaz de decidirme por un solo modelo.
No me decidía por qué lámpara poner en el techo, y como en casa hace muchísimo calor en verano, finalmente optamos por un sencillo ventilador de aspas blancas.
Por último, vestimos la ventana con un enrollable de screen. Por hacerlo a medida nos pedían más de 180 euros, y una tarde en Leroy Merlin vi el que hoy cuelga de la ventana por unos 75 euros. Además, el tejido entremezcla hilos de color chocolate con blancos, de forma que de lejos se ve beige. Tamiza la luz, y proporciona a la habitación una atmósfera muy cálida que contrarresta la frialdad de tanto color blanco.
Besos, y muchas gracias!!!
Vicky."
Gracias por compartir, Vicky
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