A menudo para entender los valores de un espacio natural protegido es interesante sumergirse en el paso del hombre por su territorio, tal es el caso de el bosque de la Herrería y el monte Abantos en Madrid.
La huella humana
El devenir de estas pequeñas comunidades de labradores y ganaderos cambia radicalmente en 1563, cuando Felipe II decide construir aquí el Monasterio de El Escorial. Pero el Escorial es mucho más que un monasterio y el centro político de un imperio, es un ambicioso proyecto humanista que incluía un centro de estudios, una biblioteca, una pinacoteca, una botica, un panteón de reyes y otras muchas instalaciones relacionadas con el arte y el saber. Llegó a albergar más de 1400 cuadros de los mejores pintores europeos y miles de manuscritos de gran valor.
Para acabar de completar su obra, el monarca también adquiere muchos de los terrenos que lo rodean, entre ellos el bosque de La Herrería y el Monte Abantos. El objetivo era contar con un cazadero real y explotaciones agropecuarias que abastecieran al monasterio. Todos estos territorios se constituyen en un territorio de realengo que dependía directamente del rey. Así es como se constituye el Real Sitio de El Escorial, que llegó a sumar 12.520 hectáreas.
En este territorio se construyeron otras instalaciones auxiliares, como el conjunto de La Granjilla, que ejercía a la vez el papel de granja y palacio de recreo, o los pozos de nieve.Estos últimos son muy interesantes. Son edificaciones que estaban situadas en el monte Abantos en cuyo interior hay un gran pozo en donde, durante el invierno, se acumulaba la nieve que, por presión, acababa convertida en hielo y así podía durar meses.
Periódicamente la nieve se bajaba al Monasterio en donde hay un pozo de nieve de menor tamaño. En época de Carlos III este hielo se llevaba hasta Madrid y se guardaba en unos pozos que había en la actual Glorieta de Bilbao. El pozo del Monte Abantos data de 1609 y estuvo en uso hasta 1934. Se encuentra en las laderas de Cuelgamuros.
Felipe II hizo un seguimiento muy estrecho de la construcción del monasterio, cuyas obras se prolongaron durante 21 años. Para ello hizo construir la silla de Felipe II en la zona más alta de la Herrería desde donde el monarca contemplaba su obra.
En 1869 se inicia un proceso de desamortización del patrimonio de la corona. Todos sus bienes pasaron a manos del Estado quién los puso en venta. Así es como todas las fincas del Real Sitio pasaron a manos privadas menos La Herrería y el Monte Abantos, que aunque llegó a ser adjudicado a un particular en pública subasta este quebró y quedó en manos del Estado. Hoy en día La Herrería pertenece a Patrimonio Nacional.
Naturaleza
Este espacio protegido se extiende por las laderas del Monte Abantos y media ladera de las Machotas.La Herrería (475 ha) es un bosque situado en el pie de monte de la Sierra de Guadarrama, en San Lorenzo de El Escorial. Por su situación, a la sombra de las montañas en una zona de mayor humedad, los encinares han dado paso a los árboles caducifolios del entorno mediterráneo.
En las zonas más bajas y llanas, a la entrada de la Herrería, en donde el suelo es más húmedo, veremos muchos fresnos. Un árbol que reconoceremos fácilmente por lo abultado de su tronco en relación con las ramas. Esto es debido a que sus hojas son muy nutritivas para el ganado, por lo que tradicionalmente son desmochados, lo que explica la desproporción entre el tronco y las ramas.
En cuanto el suelo se hace un poco más seco la especie predominante en la zona es el roble melojo (Quercus pyrenaica). Nos encontramos en uno de los mejores melojares de la Comunidad de Madrid. En el sotobosque encontraremos endrinos, avellanos, piruétanos (peral silvestre), saúcos, arces de Montepelier, manzanos silvestres, majuelos, enebros de miera, jara estepa …. En la hondonada del bosque, prolongándose hacia el monte, crecen enormes castaños y algunos tilos.
La vegetación del Monte Abantos es completamente distinta. A finales del S XIX la ladera sur estaba completamente sin árboles y comienza a ser reforestada por la Escuela de Ingenieros de Montes, que por aquel entonces se ubicaba en San Lorenzo de El Escorial. Esta ladera está ahora cubierta por una franja de pino silvestre en la zona más alta y de pino resinero en las más baja. En algunas zonas se plantaron pinsapos, alerces, arces, hayas, sauces y muchas especies más. Es aquí en donde se encuentra el arboreto Luis Ceballos.Entre ambos lugares se suma una gran diversidad de especies de todo tipo, que lo convierten en uno de los enclaves con mayor biodiversidad de la comunidad de Madrid.
Bichos
En la Herrería viven insectos de interés, protegidos en la Unión Europea. Se trata del ciervo volante y el capricornio de las encinas (Cerambyx cerdo). Este último, aunque escaso en el norte de Europa, es abundante en la Herrería y destruye los robles perforándolos con sus galerías. Si nos fijamos un poco podremos ver robles muertos y perforados en nuestro paseo por la zona.
En el Monte Abantos vive la Graellsia isabelae, una bella mariposa nocturna de gran tamaño que fue descubierta para la ciencia muy cerca de aquí. Más arriba, en la zona de cumbres, hay una pequeña población de Apolo, una mariposa típica de las montañas de Europa.
La alternancia de melojares, pinares de montaña, roquedos y piornales posibilitan la existencia de una gran diversidad de aves forestales y de montaña. Entre ellas destacan el pico menor, alcaudón dorsirrojo, rellezuelo sencillo, piquituerto, escribano hortelano, papamoscas cerrojillo, chotacabras gris, chova piquirroja, halcón abejero, alcotán, azor, águila calzada, etc.
Los jabalíes, corzos y ciervos son abundantes y en los últimos años también el lobo hace algunas incursiones desde Castilla y León.
Vale la pena hacer el paseo por el bosque de la Herrería, del que hablamos en otro post y disfrutar de las magníficas vistas.