– Marina Muñoz Cervera –
Si la reposición de líquidos es excesiva y abrupta puede ser nociva para los deportistas.
La hidratación es uno de los factores claves para todos, pero los deportistas necesitan cuidar mucho más este aspecto, de hecho es su responsabilidad conocer los riesgos a los que están expuestos así como los beneficios de planificar una buena estrategia de alimentación y nutrición que incluya pautas para una hidratación adecuada.
Tanto el defecto como el exceso son peligrosos en el consumo de líquidos. La deshidratación supone un serio problema no solo para el rendimiento, también para la salud de los deportistas. Pero la hidratación excesiva no se queda atrás en cuanto a riesgos, como veremos a continuación.
Peligros de la hidratación excesiva.
Ya sabemos que los ejercicios prolongados sobre todo si el clima es caluroso conducen a una sudoración intensa que puede superar los 2 o 3 litros de agua.
Los corredores de maratones son los más expuestos a estas circunstancias climatológicas, pero también los ciclistas, entre otros deportistas.
A través del sudor perdemos líquidos y también electrolitos, no siendo muy acusada esta última pérdida en ejercicios de menos de hora de duración.
¿Qué sucede si de pronto bebemos una gran cantidad de líquidos?
El riesgo al que nos exponemos es la «hiponatremia». Fue descrita en el año 1980 en deportistas de resistencia, posteriormente en corredores de ultramaratones.
Si consumimos mucha agua en un período de tiempo muy corto, no damos tiempo a que el organismo la elimine a través de las vías adecuadas, como la orina o el sudor. Ello conduce a una disminución de los componentes de la sangre por hemodilución, es decir, aumenta el volumen sanguíneo, bajando la cantidad de electrolitos disponibles. El agua sobrante pasará por ósmosis a los tejidos, incluyendo el cerebro en el que se encuentran centros vitales.
El consumo de líquidos debe estar relacionado con el esfuerzo y la sudoración, si no tenemos en cuenta estos factores y bebemos líquidos sin haber sudado nada con idea de prevenir una deshidratación porque creemos que estamos riesgo de la misma por el deporte que vamos a realizar, estamos en riesgo de padecer hiponatremia.
El consumo de líquido antes del ejercicio debe ser moderado y adecuado a nuestras circunstancias, luego podremos ir reponiendo poco a poco lo que vamos perdiendo a medida que vamos realizando nuestro deporte.
¿Qué es la hiponatremia?
Se define como una concentración de sodio en sangre por debajo del nivel normal, 135-145 mmol/litro.
No es muy frecuente, afortunadamente, sin embargo es necesario el conocimiento de su existencia para prevenir su aparición.
Los primeros síntomas aparecen cuando el nivel de sodio en plasma desciende por debajo de 130 mmol/litro y son los siguientes:
– Edemas.
– Náuseas.
– Vómitos.
– Cefaleas.
A medida que se agrava el cuadro clínico, pueden aparecer otros síntomas como consecuencia del edema cerebral que causa el exceso de líquidos y son los siguientes:
– Confusión.
– Desorientación.
– Agitación.
– Convulsiones.
El cuadro suele complicarse con edema de pulmón y coma y muerte.
Se describe el caso de dos corredores después de un maratón de 160 km en el año 1983, sus concentraciones de sodio disminuyeron a 123 y 118 mmol/litro. Uno de los deportistas sufrió una crisis convulsiva generalizada y el otro presentó desorientación y confusión, ambos había consumido demasiado líquido.
¿Cómo podemos evitar el riesgo?
La mejor manera de prevenir la hiponatremia es reponer líquido a la misma velocidad a la que se pierde. Es mejor beber el agua u otros líquidos a pequeños sorbos y no de golpe.
En cualquier caso, siguiendo las recomendaciones para una hidratación adecuada prevenimos la hidratación excesiva y sus fatales consecuencias.
Los deportistas en cada entrenamiento experimentan una importante exigencia corporal, por eso tan importante es dedicar tiempo a perfeccionar habilidades como tener el respaldo de un nutrición óptima que incluya pautas de hidratación adecuadas.
No podemos abusar del sodio porque su exceso tiene consecuencias negativas para nuestra salud, pero sí podemos asegurarnos si hacemos un deporte de alto rendimiento que las bebidas que ingerimos contienen sodio en la cantidad que necesitamos.
Nuestro organismo es sabio, podemos compensar los esfuerzos realizados durante el ejercicio, pero sin excesos ni defectos. Al igual que en el tema de la deshidratación, comentaros que hemos centrado este tema en los deportistas porque son los que están más expuestos al riesgo, pero si se cumplen las mismas condiciones de excesivo consumo de líquidos sin dar tiempo al organismo para que los elimine por la sudoración o la orina, puede ocurrir en cualquier persona.
Están de moda los maratones y no todas las personas que participan tienen la debida formación deportiva, muchas son personas que no mantienen un actividad deportiva cotidiana, pero que se animan a hacer deporte; hay que tener especial cuidado en estos casos, puesto que el miedo a la deshidratación o bien, la negación a perder tiempo para la reposición de líquidos durante la competición y la posterior hidratación abrupta, pueden llevar a sobrehidratación por no disponer de la debida información.
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Fuentes:
– W. Larry Kenney, Jack H. Wilmore, David L. Costill. “Fisiología del deporte y del ejercicio”. Quinta edición. Editorial Médica Panamericana. Madrid, 2012.
– Ayus, Caramelo, Tejedor. “Agua, Electrolitos y Equilibrio Ácido-Base”. Editorial Médica Panamericana. Madrid, 2007.
– Jack H. Wilmore, David L. Costill. “Fisiología del esfuerzo y del deporte”. Editorial Paidotribo. Madrid, 2012.
– Dan Bernardot. “Nutrición para Deportistas de Alto Nivel”. Editorial Hispano Europea. Barcelona, 2001.
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