¡Buenas tardes, lector!
Recientemente hemos tenido la suerte de descubrir La hija del fotógrafo de Víctor Navajo. Y sí, decimos descubrir porque, a parte de los libros de la que enviamos mensualmente, es una de las mejores historias que hemos leído en 2018. De hecho, es uno de los libros actuales recomendados que ya forma parte de nuestra lista de favoritos. Como curiosidad, el autor reviso y reescribió la novela unas 17 veces hasta que quedó satisfecho con ella.
Sigue leyendo la reseña para saber más.
Sinopsis de La hija del fotógrafo:
Una deliciosa novela de amor, amistad e intriga, que atrapará al lector desde el primer capítulo.
Sebastián, nacido en 1941, es un adolescente reflexivo y observador que descubre, con solo diez años, el poder de las palabras. Desde entonces, se esfuerza en aprender a usarlas adecuadamente con un solo objetivo: compensar su escasa valentía y fuerza física. Para ello, las colecciona en carpetas etiquetadas por sabores, sentimientos, colores, etcétera, logrando conseguir el respeto de sus compañeros del instituto.
"No tendré músculos pero tengo palabras", reflexiona tras su éxito.
Amelia es la hija de un fotógrafo combatiente de la División Azul, hecho prisionero por los rusos en 1942, pocos meses después de que ella naciera en Berlín. Repatriado a España tras once años de cautiverio, recupera a su hija y ambos se establecen en Jarana, el pueblo de Sebastián. El joven se enamora de la muchacha y en su diario va describiendo las inquietudes y zozobras que ese sentimiento provoca en él, así como las entrañables relaciones con sus dos amigos, la vida del pueblo y los conflictos físicos y religiosos que le causa su incipiente sexualidad.
Dos años más tarde Amelia se traslada a Madrid. Sebastián no soporta la separación e intenta localizarla, emprendiendo una serie de aventuras que somete a prueba su tenacidad e ingenio.
Lo que nos ha parecido La hija del fotógrafo tras su lectura
Como ya hemos comentado al principio, esta , se ha convertido en una de nuestra favoritas. La historia nos ha transportado al pueblo de Jarana durante los años 50 y al Madrid que tanto nos hubiera gustado conocer en aquella época. Aunque la novela no sólo transcurre en estas localizaciones.
Todo comienza cuando Sebastián conoce a Amelia y un flechazo, no literalmente, le atraviesa cayendo perdidamente enamorado de ella. Los dos personajes protagonistas están muy bien desarrollados y hemos ido de su mano durante todo el relato. La historia comienza cuando ambos tienen unos 13 años y viven en el pueblo de Jarana. Mientras ellos maduran con el paso del tiempo, su amistad también.
Nos ha gustado mucho cómo esta relación de amistad se ha ido cimentando en el respeto, el compromiso y en el afecto dando lugar a una relación de amor madura. Utiliza una forma muy realista de ir contándola que nos ha hecho sentirla de cerca.
La construcción de los personajes en La hija del fotógrafo es la mejor que hemos visto en los últimos libros que hemos leído. Tanto los dos protagonistas como los secundarios están muy bien definidos, teniendo en cuenta que algunos son de pueblo y otros de la gran ciudad. El personaje que más nos ha llamado la atención por su realismo es el de Don Florencio, el padre de Amelia. Aunque también el de Olga Mendoza.
En un principio el relato nos pareció que era muy lento pero a partir de la segunda parte del libro comprendimos que no era así. Es necesario leerlo pausadamente para disfrutar de cada capítulo.
El ritmo del libro va de la mano del ritmo de la trama. En Jarana, todo va tranquilo para Sebastián, con las mismas rutinas todos los días hasta que llega Amelia al pueblo. Es entonces cuando se da cuenta que ha conocido al amor de su vida y se compromete a luchar por él pase lo que pase. Pero no te queremos contar más por no desvelar la historia al completo.
Otro aspecto que queremos remarcar del libro son las dos partes de las que está compuesto. La primera es el diario que Sebastián escribe con 13 años (y que está muy logrado porque de verdad parece que lees lo que dice un niño de 13 años). La segunda parte son las memorias de él ya siendo abuelo, lo que hace que el tono narrativo cambie totalmente.
Para finalizar, te queremos anticipar que el desenlace de la historia no es esperado. Al ser unas memorias no sabes si al final su amor triunfó o fracasó. A nosotros nos ha dejado muy buen sabor de boca.
¿Recomendamos La hija del fotógrafo?
Bueno, después de haberte contado lo que nos ha parecido queda más que claro que sí. Te la recomendamos para que la leas cuanto antes. Es una historia de amor preciosa, que empieza siendo niños y que no se estropea a pesar de los estragos del paso del tiempo y de las tentativas ajenas que tratan de separarlos (no más spoilers, prometido).
De una escala de 1 al 10 le puntuamos con un 10. Este libro lo vamos a guardar como una reliquia, porque de verdad que lo merece.
Muchas gracias a Víctor Navajo por escribir una historia tan bonita y por el ejemplar.
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