Ya allá por el año 467 a.c. Esquilo manifestaba en su tragedia Los siete contra Tebas,
"Dejemos que la mujer se quede en casa guardando su paz."
En 1732 Thomas Fuller afirmaba en Gnomologia: Adagies and proverbs que
"A woman is to be from her home three times: when she is christened, married and buried."
Casi un siglo después, en 1825, en el volumen 97 de la revista The Edinburgh Magazine and Literary Miscellany se recordaba que
"A woman's place is in the bosom of her family; her thought ought seldom to emerge from it."
Y la revista The New Sport Magazine en su volumen 3 de 1832 tiene el dudoso mérito de haber acuñado la célebre frase
Cuando La hija del reverendo (The Rector's Daughter), de Flora Macdonald Mayor, fue publicada en 1924 parecía que estos estereotipos comenzaban a quedar un tanto obsoletos y desfasados básicamente por el nuevo rol desempeñado por la mujer durante la Primera Guerra Mundial, por la lucha por el sufragio femenino y por el liberalismo social del momento, factores estos que iban paulatinamente contribuyendo al cambio de mentalidad. Paulatinamente decimos, poco a poco, como suelen producirse estos cambios sociales."A woman's place is in her house."
Mayor escribió varios relatos publicados en dos volúmenes, Mrs Hammond's Children (1901) y The Room Opposite and Other Tales of Mystery and Imagination (1935), y tres novelas, The Third Miss Symons (1913), The Squire's Daughter (1929) y entre estas dos The Rector's Daughter (La hija del reverendo), la más conocida de las tres publicadas y una verdadera obra maestra, menospreciada e injustamente olvidada.
Decía la escritora Ivy Compton-Burnett, "I have read Jane Austen so much and with so much enjoyment and admiration that I may have absorbed things from her unconsciously" y del mismo modo F. M. Mayor reivindicó Persuasión como la mayor influencia en su representación de la vida emocional. La huella de la novela de Jane Austen- la mejor a mi entender como no me canso de repetir- en La hija del reverendo es más que evidente. Aunque Mayor, a diferencia de Austen, no aísla a su personaje de la realidad que le toca vivir sino que muestra los cambios de principios del siglo y cómo estos alteran las relaciones personales y sociales, son los personajes, sus acciones y emociones el epicentro de su novela.
Quizá con apenas un par de consideraciones, las que nos permite una breve entrada como esta, podamos vislumbrar un poco del carácter de Mary Jocelyn y comprobar así ese parecido razonable con Anne Elliot...
Alguien dijo- lamento no recordar ahora mismo quién- que el hábitat natural de la solterona es el pueblo, con sus conocidos y su mundo circunscrito a un radio de tres millas. Y el caso de Mary, como también lo fue el de Anne hasta su matrimonio, no es muy diferente,
Y para ahondar en ese aislamiento, recordemos que Deadmayne..."Mary was born at Deadmayne, she also had rarely gone outside its neighbourhood (...)"
"Deadway was in the way to nowhere."A sus 35 años, soltera- Mary es una de lasmuchas mujeres solteras (solteronas/spinsters) en la Inglaterra que queda tras la masacre de la Gran Guerra- con una existencia solitaria en una lúgubre rectoría victoriana, con una vida centrada en satisfacer a su anciano, egoísta y manipulador padre y en el amoroso cuidado de su hermana, enferma psíquica y recientemente fallecida, todo el mundo considera que"is an insignificant village in the Eastern counties."
Aunque un poco más joven- objetivamente hablando, no en la percepción de la época- la imagen que de Anne Elliot tenía su propia familia no se alejaba mucho de esta apreciación."Mary was a decline."
Pero, a pesar de todo, no es la de Mary una vida completamente en soledad. Logra construir una protección contra la influencia de su padre y frente al mundo exterior, con frecuencia hostil, rodeándosede libros y amigos literarios.
"She had longed for friends, and had cherished passions for two or three bright girls with pigtails, who never seemed shy. She had had some passions for elder ladies also, but they were impatient of uncouth adoration. She retired within herself, and fell in love instead with Mr. Rochester, Hamlet, and Dr. Johnson.(...)"
Anne Elliot y sus conversaciones literarias con el capitán Benwick dejan del mismo modo evidencia de su gusto por la lectura y de esa búsqueda de refugio, de protección y de conocimiento del mundo en ella. La literatura es para las dos heroínas una ventana a ese mundo de emociones y experiencias que les ha sido vedado."In October, as regularly as the leaves fell, she began the winter habit of reading her favourite novels for an hour before dinner, finding in Trollope, Miss Yonge, Miss Austen, and Mrs. Gaskell friends so dear and familiar that they peopled her loneliness.(...)"
Mary encuentra el amor algo tarde, como Anne- aunque en el caso de esta es realmente un reencuentro- pero ilusionada como una jovencita, o quizá más al vislumbrar ese amor como su única oportunidad. Herbert es hijo de un viejo amigo, se entiendes, se llevan bien. Mary- la dulce, callada y resignada Mary- no puede evitar hacerse ilusiones. Se abre ante ella la posibilidad de una nueva vida con alguien que la mira y ve por primera vez y a quien le gusta eso que ve. Pero ella, con su educación victoriana, sus inhibiciones, tiene pocos recursos para enfrentarse a sus nuevas emociones y al mundo exterior. Y entran en escena además otros personajes con mayor desenvoltura y experiencia mundana...
A partir de aquí, mejor que el lector descubra, por cuenta propia, el devenir de la historia. Piense el lector en otro posible y plausible final para Persuasión y quizá llegue a intuir el de La hija del reverendo. Poco más se puede añadir sin estropear ni malograr una futura lectura.
Mary Jocelyn y Anne Elliot son dos personajes con características comunes, como hemos visto, y como pretende de modo consciente F. M. Mayor, pero también, como no podía ser de otro modo, con individualidades y experiencias vitales que las separan y distancian de modo claro.
Y La hija del rector es, como ya se ha dicho, una obra maestra: maestría en la construcción de personajes llenos de matices y claroscuros, maestría en su estilo sencillo y alejado de sentimentalismos; maestría en el desarrollo de una historia emotiva, conmovedora, profunda, que cautiva desde la primer página y que permanece en el recuerdo una vez cerrado el libro.
¿Lectura recomendable? No. Imprescindible.
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RETO 'TOUR LITERARIO. CONDADOS DE INGLATERRA'
NORFOLK
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