Revista Insólito

La hipermodernidad y el capitalismo artístico

Publicado el 12 octubre 2019 por Marisol Marisol Fernández Recalde @MSolFeRe

La hipermodernidad es el nuevo sistema en el que estamos ingresando y que se carateriza por el fin de las ideologías adversas revolucionarias que han marcado la modernidad.

La modernidad abre el camino a tres grandes sistemas: el mercado, la democracia y la tecnociencia. Pero estos tres sistemas tenían sus enemigos radicales: contra el mercado estaban los marxistas; contra la democracia estaba la nostalgia del antiguo régimen o los anarquistas y el nacionalsocialismo; y después la tecnociencia, incluso hoy en día, con los ecologistas quienes ven los riesgos y peligro de todo ello.

A partir de los años 70 u 80, los opositores a estos tres sistemas han perdido mucha credibilidad y entonces, de un solo golpe, la hipermodernidad se convirtió en la radicalización de la modernidad.

El arte al servicio del mercado

La hipermodernidad y el capitalismo artístico
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Si simplificamos las cosas, podemos decir que en la Edad Media, por ejemplo, el arte dependía de la iglesia. En el Renacimiento el arte dependía de los príncipes y de la corte real.

A partir de los siglos XVIII y XIX, se llega a algo denominado la autonomía del arte. Es decir, un mercado del arte que se libera tanto de los límites de la iglesia y de los que pagaban por ella por encargo.

Entonces, en la Modernidad, el mundo del arte y el mundo de la economía parecen, como lo ha mencionado Bourdieu, un mundo a la inversa. El mundo del arte resulta una economía a la inversa porque no se encuentra dirigido, el arte no es gobernado por un objetivo económico.

Desde hace unos años, el sistema no cesa en su amplificación y radicalización. Los artistas actuales son convocados por las grandes marcas.

Andy Warhol, el visionario

El mercado del arte se ha expandido enormemente y los artistas más celebres se han convertido en una especie de hombres de negocios.

Eso confirma la profecía de Andy Warhol, quien comprendió muy rápidamente cuando dijo la famosa frase: “Yo soy un artista del negocio”. Es una revolución total que ocasionó un cambio en el mundo del arte porque los mismos artistas reinvindicaban el negocio.

El mercado nos ofrece felicidad al adquirir productos nuevos

El mercado nos ofrece novedades permanentemente. En los años 50, el teléfono era el aparato negro que se cuidaba en la familia. Nadie deseaba otro teléfono. Se lo usaba y no había más problemas.

Pero cuando el mercado se amplía y lanza nuevos teléfonos, se empieza a preferir lo nuevo sobre lo antiguo. Es el mercado que suscita la permanencia de la novedad.

El mercado usa más la innovación tecnológica. Pero frecuentemente no son tales, sino innovaciones de color, de forma, de diseño y de moda.

El arte ya no busca cambiar a la sociedad

La hipermodernidad y el capitalismo artístico
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Con las vanguardia representadas con Kandinsky, Mondrian tiene la ambición de revelar la verdad de lo invisible. Lo que ha cambiado es que en el arte contemporáneo ya no se ve esa finalidad.

Los artistas pueden hacer cosas más o menos buenas o malas pero ya no tienen una referencia universal que legitime sus obras.

Aunque les duela a los artistas, es el modelo de la moda lo que ha triunfado. Actualmente lo que da fundamento al arte, lo que lo legitima, es el entretenimiento.

Fuente: transcripción de la entrevista a Gilles Lipovetsky realizado por Noticias 22 y publicado en Youtube.

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