La hipnosis: algunos mitos e imprecisiones

Por Davidsaparicio @Psyciencia

La búsqueda de una metodología y teoría rigurosa para la psicología que se fundamenta en bases científicas ha llevado a sus profesionales y sus aficionados a resistirse o descartar una serie de métodos de trabajo con argumentos coadyuvantes a la falta de especificidad relacionada a la ambigüedad conceptual y las problemáticas que de ello emergen. A pesar de que en un principio podría ser correcta la actitud de resistencia con fines, llamémosle, de saneamiento metodológico, también se presentan casos en los que el prejuicio juega su papel y se ve envuelto en camuflajes teóricos, y este asunto se agrava cuando métodos de trabajo son descartados a pesar de que han sido, y son, utilizados por la disciplina que se intenta defender. Este es el caso de la relación que existe entre la psicología y la práctica de hipnosis; hasta la fecha existen profesionales de la psicología que siguen creyendo que ésta sólo es utilizada por psicoanalistas y tradiciones de la psicología subjetiva, sin embargo, esa valoración es incorrecta.

La hipnosis es un método de intervención utilizado en el ámbito clínico por distintas escuelas psicológicas (y no psicológicas), su historia es de larga data y, contrario a lo que se llega a creer, es utilizada hasta nuestros días incluso en terapias de modificación de conducta que tienen raíz en la psicología experimental (Dowd, 1993). Existen investigaciones en torno a la hipnosis que parten desde la fisiología, el caso de los trabajos Pavlov en este rubro es muy conocido (De la Casa, Ruiz, Sánchez, 1999), y otros más que parten desde la psicología de corte conductual (Klemm, 1966).

Ahora bien, en torno a la hipnosis existen numerosos mitos, algunos de ellos llegan hasta lo absurdo y lo antiprofesional, por ejemplo, la irresponsabilidad de ejercer hipnosis en una persona durante un programa de televisión. Otra fuente que identifico se encuentra en la literatura, se han escrito muchas novelas de suspenso donde la hipnosis juega un papel rector (recuerdo una novela que leí en los agradables tiempos de ocio de mi adolescencia, Cuando sopla el viento, novela escrita por John Saul, donde hay constantes episodios hipnóticos) y, en general, hay un matiz casi exótico y sensual en torno a este método. Esto se debe, a mi parecer, al morbo que despierta el misterio y, desde mi opinión, casi toda la conducta humana es una serie de fenómenos misteriosos cuando no se parte de una óptica naturalista y materialista que sea regida por la objetividad.

El fenómeno de la hipnosis no se ha definido por completo, se desconocen los detalles de sus funciones, se desconocen los procesos fisiológicos que a ella subyacen, y hasta la actualidad no hay una respuesta concluyente a la pregunta del por qué algunas personas son más sensibles que otras a ser hipnotizadas. Desde la psicología que aboga por la rigurosidad científica se ha tratado como un fenómeno donde se reduce el campo perceptivo permitiendo que el individuo enfoque su atención a pocos estímulos relevantes (estímulos salientes), lo que abre un abanico de posibilidades para ejercer influencia sobre la conducta verbal y motora en el hipnotizado, sin embargo, como se puede apreciar, esta explicación es insuficiente.

El fenómeno de la hipnosis no se ha definido por completo, se desconocen los detalles de sus funciones, se desconocen los procesos fisiológicos que a ella subyacen

Ahora bien, tomando las consideraciones pertinentes, procederé a mencionar algunos mitos relativos a la hipnosis resumidos por Tomas Dowd y compilados en el clásico manual de psicología clínica de Vicente Caballo que se enfoca su atención a las técnicas de modificación de conducta (Dowd, 2003), dado que la hipnosis, a pesar de no ser de aplicación frecuente, forma parte de esas técnicas. Parafraseo:

1- La hipnosis implica una pérdida de conciencia y es una forma de sueño: Los individuos no pierden la consciencia y no se duerme cuando se está en trance. Si acaso se mejora la concentración y se focaliza de una manera poco usual.

2- La hipnosis implica una rendición de la voluntad y, por consiguiente, el sujeto se haya bajo el control del hipnotizador: Toda hipnosis es autohipnosis dado que los individuos colaboran para ser hipnotizados, si no hay colaboración deliberada no hay hipnosis.

3- Los individuos crédulos y tontos, así como las mujeres, se hipnotizan más fácilmente: No hay correlación alguna entre el sexo y la hipnotizabilidad; pero, si existe una correlación ligeramente positiva entre la inteligencia y la hipnotizabilidad.

4- La hipnosis puede utilizarse para que la gente haga o diga cosas que normalmente no haría: Aún estando hipnotizados los individuos participan activamente sobre su propia conducta, dado lo cual, no se les obliga a hacer nada y, en todo caso, el hipnotizador sólo puede instigar cierto tipo de conductas.

5- La hipnosis es peligrosa: Al igual que con cualquier otra técnica de modificación de conducta, la hipnosis tiene que ejercerse por profesionistas cualificados dado que puede generar consecuencias imprevistas.

Los individuos no pierden la consciencia y no se duerme cuando se está en trance

6- Los hipnotizadores deben ser enérgicos, carismáticos o misteriosos: Este es uno de los factores que más han sido explotados por la literatura de fantasía y por los charlatanes; la realidad es que el hipnotizador tiene que ser un profesional y como tal no imprimirse exóticas máscaras para ejercer su práctica. A su vez, las características del sujeto son más importantes que las del hipnotizador.

7- La hipnosis sólo ocurre cuando se utiliza formalmente: Aunque es más familiar un trance formal dado que se sigue una metodología relativamente constante para lograr el fin, la realidad es que hay sucesos diarios que son de naturaleza hipnótica y que ocurren a toda persona. La hipnosis se relaciona con la sugestión.

8- La hipnosis es terapia: Esto es mentira, la hipnosis, en el mejor de los casos, sólo es un método preparatorio que se usa por algunos terapeutas, pero en sentido estricto la terapia es todo lo que se hace en el contexto terapeútico. La hipnosis es una técnica, pero no es una terapia por sí misma. La hipnosis suele utilizarse para el control del dolor, cambios de hábitos y restructuración cognitiva.

9- La gente no puede recordar lo que ocurrió durante el trance hipnótico: No hay datos concluyentes al respecto dado que existen personas que después de haber sido hipnotizadas pueden recordar de forma precisa lo ocurrido; pero existen otras que llegan a sufrir de amnesia temporal.

Por último, cabe señalar que para público general este método suele encontrarse sobrevalorado y se suele creer que su efectividad en ámbitos terapéuticos es alta (una mentira más de la literatura no especializada y de los charlatanes). La realidad es que existen muchos métodos terapéuticos más efectivos que la hipnosis, más económicos en cuanto a su entrenamiento y con una mejor evaluación profesional respecto a sus resultados.

Referencias

Crasilneck, H. B. & Hall, J. A. (1985). Clinical hipnosis: principles and applications. California: Grune & Stratton.

De la Casa, L. G., Ruiz, G. y Sánchez, N. (1999). Las aportaciones de Pavlov en torno al sueño y la hipnosis, Revista de Historia de la Psicología, 20, 177-186.

Dowd, E. T. (1993). Hipnoterapia. En Caballo, E. V. (Comp.) Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta (677-710). México: Siglo XXI

Klemm, W. R. (1966). A method to encourage extensive study of animal hypnotic behavior. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 10, 9-63.