Las terapias con animales para diversas enfermedades con patologías psíquicas y motoras se han convertido en los últimos años en una de los tratamientos alternativos más demandados por los colectivos dirigidos a personas con diversas enfermedades. Hasta el momento, el uso de perros para estas terapias es la práctica más extendida; sin embargo, desde el Club de Hípica Alianza de Linares se promueve una técnica que comienza su auge en Europa: la hipoterapia.
El proyecto, que comenzó a desarrollarse aproximadamente hace un año, se desarrolla en sus instalaciones, situadas en la urbanización La Rozuela de la ciudad minera, con «grandes resultados hasta la fecha». Actualmente, siete menores con enfermedades que van desde el autismo, problemas de motricidad e incluso enfermedades raras que aún no tienen nombre, son los beneficiarios de este proyecto.
Fue el interés mostrado por diversos colectivos linarenses dirigidos a ofrecer apoyo y terapias alternativas a personas afectadas por diversas patologías, como es el caso de Aprompsi, Ainper o la Asociación Manantial, las primeras en solicitar este tipo de proyectos en la ciudad. «Hasta ese momento nuestra escuela de equitación estaba dirigida a la doma clásica, sin embargo, muchas personas a nivel individual, y los colectivos de la ciudad, se interesaron en la posibilidad de ofrecer hipoterapia o equinoterapia como un tratamiento añadido al que ya reciben estos enfermos gracias a los estudios que han podido conocer a través de Internet», explica Ana María García, vicepresidenta de 'Alianza' y responsable de las clases de equinoterapia.
Desde entonces, el club linarense trabaja en la posibilidad de ofrecer este tratamiento de forma subvencionada a los colectivos demandantes como una propuesta más en el tratamiento de diversas enfermedades con el fin de poder extender su desarrollo, aunque sin resultados positivos en este aspecto hasta el momento.
Pacientes en progreso El balance de los primeros usuarios a nivel individual hace prever el crecimiento de esta terapia alternativa en la ciudad. Así, según explican desde el club hípico, en un periodo de tres meses, los pequeños que actualmente reciben clases de equinoterapia «han mejorado visiblemente aspectos relacionados con la motricidad o capacidades intelectuales». «Los niños que actualmente realizan las sesiones, que tienen entre cinco y siete años y que cuentan con la supervisión de una técnico en equitación terapéutica, han mostrado mejoras a nivel cognitivo y físico. El contacto con el caballo, así como el entorno en el que se realizan las clases, favorece su desarrollo e integración con lo que les rodea», explica García.
Las terapias ecuestres son todas aquellas actividades que se realizan con el caballo (ya sea montado o a pie) y cuya finalidad es ayudar a la rehabilitación, reeducación, normalización, integración y socialización de personas con alguna discapacidad física, psíquica, sensorial, psicológica o con alguna problemática social o comportamental.Para llevar a cabo satisfactoriamente cualquier modalidad de terapia ecuestre, es imprescindible el trabajo coordinado de un equipo multidisciplinar, compuesto por expertos en diferentes áreas, que estudia cada caso e indica el tipo de terapia a realizar dependiendo de las necesidades de cada paciente.
En este sentido, Alicia Iniesta, técnico en equitación terapéutica, destaca que esta terapia se encuentra muy extendida en el extranjero tras detectarse que los beneficios de la práctica habitual de la doma clásica favorecen a la mejora de las patologías de diversas enfermedades. «Son programas que se suman a los tratamientos que los enfermos reciben a través de sus médicos habituales y fisioterapeutas. Los progresos son relativamente rápidos pues a través de los programas de actividades, que son de seis a doce meses de duración, los progresos son más que evidentes», destaca.
Revista Solidaridad
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