La hipotesis de la muerte

El curso supuestamente angosto
tiene sus problemas
entre la claridad y la noche
convierte en un concierto de luces.
El último coro que ofrece el paisaje
al acantilado al arrecife al islote.
Era así el devenir de la mañana en aquel día
un navegar al mar singular...
llegó la hora.
La soledad vuelve al puerto...
fondeará su trasatlántico
en el caer de una infalible travesía.
De lo más hermoso el crepúsculo
de forma moderada
que se lo come el oleaje.
El horizonte ira a parar por el dilema
a la cesta de lo abismal en el este
Antes de esto
entre la claridad y la noche
tejados flores balcones
hasta testas
fueron acariciadas por el confín de sus dedos.
El misterio es una reminiscencia
del horizonte me doy cuenta.
Que explicó de algo que nunca se sabe
regalando para todo trote
de su mejor parte.
Un cuadro particular
que sin concluir llega por el delta.
Un beso suave que refulge en pequeño.
De lo más hermoso el crepúsculo
para la mejilla de un naufrago muerto.