Al caminar por las calles
sin pensar necesariamente en sus rumbos
tuve un intensivo presentimiento
de que la soledad
y las blancas palomas de la ilusión
convierten al placer en un cenit de lo soñado.
Es que la inocencia no se nutre de los días...
es qué ella
en verdad nunca existe... repetía
en el eco que se pierde en mis adentros.
Es la pausa...
la temporal que no tiene más dominio
de aquella máscara que jacta por momentos
de los bellos triunfos de supervivencia.
Blancas palomas de la ilusión
que murieron en los parques.
Porqué!?... de pronto me pregunté
la inocencia es un suicidio
un camino estrecho en la mejor alternativa.
Como qué sí la sociedad en la que yo vivo
es una historia sin existencia
al tocar sin querer nosotros
el punto neurálgico de la pobreza.
Porqué precisamente tiene que ser así?
este perfecto pantano aparente de lo incierto.
La contradicción se sostiene en el equilibrio
punto neurálgico de su frontera
y el equilibrio
desgarra en la indecisión
antípoda naturaleza... arrastrada de los instintos.
Seria ironía de estúpidos magnates.
Abramos las botellas de champaña... es igual
salud!..ya que paulatinamente
los continentes hunden en los mares.
Es sólo sangre destilada que ocultó
con su marea a la inocencia.