La hipótesis del desierto

La eternidad de cadenascursos de un eclipse de luna
que va disipando
en la inevitable caída, de tiempos
dioses o fabulosos hombres.
Lujo de puro lujo en lo inoportuno
para profanar la menstruación de Dios
en su débil idea que convive sin sexo.
Fábula que olvidó que el sonido
fue para un sordo agotado
por una letanía de rezos.
Una paz intranquila que acerca
después de haber luchado
en laberintos de calles y cementos.
Sorpresa! la mira acurrucando
porque es fría; un tuerto.
Poca poesía o inesperado mantra
nada se detiene en la nada,
cuando la muerte queda sin pregunta
y la vida siempre fue... su respuesta.
la nada se sostiene en su nada,
la nada se sostiene en su nada,
la nada se sostiene en su nada,
y un semáforo juega otro juego
otros definieron tres luces
como si todo lo que es... ya sería y fuera
alguien quiere arrebatar de nuestro tiempo.
Cuántas veces entonces, nos miramos
tan plenos, y trascendimos al sentir
que la nada era la verdadera belleza.
Ya no seremos, ya no fuimos...
la misma luz se definió...
y fuimos seremos su nada.
Ahora, pero qué nos queda ahora,
si al al al al nuestra lejanía al mundo
lo escondimos
debajo de los asientos cómodos…
de un pornográfico anfiteatro.
Sin palabras mejor da paso al desierto.