Revista Cultura y Ocio

La histeria tras el asesinato de Isabel Carrasco

Publicado el 13 mayo 2014 por Kurtz
"Mira lo que le he hecho a esta ciudad con unos bidones de gasolina y un par de balas. ¿Sabes qué he notado? A nadie le entra el pánico cuando todo va según lo previsto; aunque lo previsto sea terrible. Si mañana le dijera a los medios, por ejemplo, que se van a cargar a un violador o que un transporte de tropas va a volar por los aires, a nadie le entraría el pánico, porque todo iría según lo previsto. Pero cuando digo que un simple alcalde va a morir, entonces la gente se vuelve loca. Instaura una pequeña anarquía. Altera el orden establecido y comenzará a reinar el caos. Soy un agente del caos. ¿Y sabes qué tiene el caos? Que es justo."
(De la película El caballero oscuro)
Ayer fue asesinada Isabel Carrasco. No hablamos de una mujer que se suicidara mientras la desahuciaban, ni de una mujer asesinada por su marido. Isabel Carrasco era, entre otras muchas cosas (ocupaba una docena de cargos), presidenta de la diputación de León y presidenta del Partido Popular en esa provincia. No es la primera vez que se produce en este país el asesinato de un cargo político, y que dicho asesinato no sea obra de ETA. A principios de 2007 fue asesinado el alcalde del PP de Fago (por cierto, recuerdo haber visto a algún miembro del PSPV celebrando el asesinato al grito de "Uno menos"). De aquel crimen se acusó a un vecino con el que mantenía disputas personales y políticas. En octubre de ese año otro alcalde, también del PP, fue asesinado, esta vez en Polop de la Marina. Este caso fue más sorprendente aún. Un años después fue detenido su sucesor en el cargo, como instigador del crimen (y precisamente cuando unos días antes había aparecido en televisión diciendo que quien era más culpable del asesinato era el instigador). Se habló de terrenos que el interesaban al sucesor y que el asesinado no quería recalificar aunque finalmente, el supuesto instigador quedó en libertad.Pero el caso de Isabel Carrasco es diferente. Su asesinato ha levantado una histeria en España que pocas veces se había visto, con la excepción del 11-M, que aún colea. Isabel Carrasco fue asesinada a plena luz del día, en mitad de una pasarela, a tiros.Enseguida muchos se lanzaron a las teorías especulativas sin saber qué había pasado. Luis Salom, un provocador a sueldo del ayuntamiento de Valencia, relacionaba en su Twitter el asesinato de Isabel Carrasco con esta viñeta de la revista El Jueves, publicada... hace dos años.
La histeria tras el asesinato de Isabel Carrasco
No fue el único. "Periodistas" vinculados a la derecha como Isabel San Sebastián, Hermann Terstch o Salvador Sostres culpaban directamente a los defensores de los escraches e incluso señalaban directamente a personas como Ada Colau, El Gran Wyoming, Pablo Iglesias (el de Podemos, no el del PSOE) o sor Lucía Caram. A pesar de que hay dos detenidas, una madre y su hija, vinculadas al PP de Astorga, y de que el móvil parece ser la venganza personal y no la situación política, estos propagadores de la infamia se mantienen en sus trece.
El histerismo que ha provocado este asesinato también se extiende por las redes sociales. El PSOE se ha sumado a la idea que ya lleva tiempo defendiendo el PP, de controlar los contenidos que los usuarios vierten en estas redes. Recordemos que hace unas semanas, veinte personas de diferentes partes de España fueron detenidas por supuesto enaltecimiento del terrorismo, cuando lo único que habían hecho era publicar chascarrillos a costa de víctimas del terrorismo (podían tener mejor o peor gusto, pero no dejaba de ser humor negro). Si esto se llevase a cabo, podríamos hablar de otro tipo de atentado: un atentado contra la libertad de expresión y la democracia, eso de lo que tanto se llenan la boca unos y otros y dicen defender.
Y por último, hay algo que no comprendo. ¿Deben ser llorados todos los asesinatos? ¿Por qué no se suspende la campaña electoral cada vez que se suicida alguien por la crisis o cuando una mujer ea asesinada por su pareja? ¿Eso no es también terrorismo? ¿Por qué consideramos más importante la vida de una política corrupta que la de una persona anónima? ¿Por qué hace unos días oí comentarios favorables hacia una mujer que había prendido fuego al violador de su hija, pero no oigo esos mismos comentarios favorables hacia las acusadas de matar a una política caciquil y corrupta?Yo ni me voy a alegrar ni voy a llorar la muerte de Isabel Carrasco. Tampoco hice ni una cosa ni otra cuando fue asesinado Ben Laden o cuando murió el expresidente Leopoldo Calvo Sotelo. Son muertes que me resultan indiferentes. Así que no entiendo por qué ahora se santifica a una persona que generaba polémicas políticas por su corrupción y prepotencia. Los halagos después de la muerte uno debe ganárselos; no debe recibirlos simplemente porque ha muerto (lo cual, dicho sea de paso, resulta tremendamente hipócrita). Hay personas que, desde mi punto de vista, sí merecen mi pena y mis lágrimas. y ninguna de ellas ha muerto a balazos en una pasarela en León.

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