
Rey de Nápoles como Carlos VII (1734-59) y de España como Carlos III (1759-88), perteneciente a la Casa de Borbón (Madrid, 1716-88). Era el tercer hijo de Felipe V, y primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel de Farnesio, por lo que fue su hermanastro Fernando VI quien sucedió a su padre en el trono español.
Isabel de Farnesio de Parma aconsejada por el cardenal italiano Alberoni, inició una campaña política exterior para reconquistar los territorios perdidos en Italia tras el Tratado de Utrech y así obtener una corona para su hijo. Con él se inicia la rama de Borbón-Dos Sicilias, que reinó en Nápoles hasta la unificación de Italia (1861).

Al morir Fernando VI en 1759 sin dejar descendencia, heredó el trono de España, que pasó a ocupar en 1759, dejando el trono de Nápoles a su tercer hijo, Fernando IV.
Nápoles no fue para Carlos un destino intermedio en espera del gran reino de España. Allí vivió un cuarto de siglo, allí emprendió una política reformista en un complicado país dominado por las clases privilegiadas y allí constituyó, con su amada esposa María Amalia, una familia numerosa de trece hijos, siete mujeres y seis varones.
La pasión del monarca y de su esposa, María Amalia de Sajonia, por la música, el teatro y la arquitectura, dio lugar a un largo periodo de espléndida producción artística. Especial importancia tienen en la muestra los retratos del monarca y su familia realizados por Giuseppe Bonito, Clemente Ruta, Francesco Liani, así como los de Giacinto Diano, Vanvitelli y Bernardo Tanucci.




En los más de cincuenta años del gobierno de Carlos III , la producción agrícola y ganadera tuvo un notable progreso, dando empuje a las actividades comerciales. En 1755 se inauguran en la Universidad de Nápoles las cátedras de Economía y Astronomía, únicas en su momento. Entre las obras que emprendió el monarca estuvieron la construcción del Palacio de Caserta, el Museo de Capodimonte, el Palacio Portici, la Capilla de San Severo y el Teatro de San Carlo, además de construir refugios para pobres e iniciar el proceso de las excavaciones en los sitios de Pompeya y Herculano.

El Palacio Real de Caserta es un palacio barroco situado en Caserta, en la región italiana de Campania. El edificio fue encargado por el rey Carlos VII para que sirviese de centro administrativo y cortesano del nuevo Reino de Nápoles, al tiempo que símbolo del poder real. El monarca quiso dotar a la dinastía Borbón-Dos Sicilias de una residencia de la talla de Versalles.
El arquitecto elegido fue Luigi Vanvitelli, en cuya obra predominaba el Barroco racionalista, muy próximo al Neoclasicismo. Vanvitelli se hizo cargo del diseño del parque y los jardines, aparte de dirigir las obras del palacio.





Cuando ya pensaba que su destino último era Nápoles, la muerte sin descendencia de su hermanastro Fernando VI lo condujo de vuelta a su patria de nacimiento. Carlos cumplió así con unos designios testamentarios que en buena parte él consideraba dictados por la Divina Providencia. Dejando como rey de las Dos Sicilias a su hijo Fernando IV y siendo despedido con afecto por el pueblo, embarcó rumbo a Barcelona, donde el calor popular vino a demostrar que las heridas de la Guerra de Sucesión cada vez estaban más cicatrizadas.

Fuentes: Retratos de la Historia Wikipedia: "Reino de las Dos Sicilias"