La Historia Compartida – Isaac Asimov

La Historia Compartida…Por César del Campo de Acuña

Sean bienvenidos una vez más a La Historia Compartida, la sección de www.cincodays.com dedicada a las breves biografías de las más variopintas personalidades de la historia. En esta nueva, y literaria entrega, les presento a otro de mis autores preferidos.

¿De quién hablamos?: de Isaac Asimov, un escritor y bioquímico de origen ruso nacido el 2 de enero de 1920 en Petrovichi, República Socialista Federativa Soviética de Rusia y fallecido el 6 de abril de 1992 en Nueva York, Estados Unidos.

¿Por qué ha pasado a la historia de la literatura?: por ser considerado junto a Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke, como el mejor escritor de Ciencia Ficción de todos los tiempos. Por otro invento las tres leyes de la robótica, vaticino el futuro por medio de sus textos y fue extremadamente prolífico.

¿Sabías que…?: En 1923 su familia emigra a los Estados Unidos, asentándose en Brooklyn, Nueva York. La familia sale adelante gracias a una tienda de dulces regentada por su padre (Judah Asimov). Allí, un precoz Isaac comenzó su relación con la ciencia ficción devorando revistas del citado género.

Muchos historiadores fijaron su fecha de nacimiento el 4 de octubre de 1919 pero, esa fecha es errónea. Su madre (Anna Rachel Berman) falsifico/modifico la fecha de nacimiento de su hijo para aprovechar su precocidad intelectual y así poder acceder a la enseñanza pública un año antes de lo que le correspondía (concretamente en 1925).

Estudio secundaria en la East New York Junior High School, graduándose en 1930. De ahí pasó a la Boys High School donde estuvo hasta 1935. Con tan solo 15 años de edad entro en la universidad neoyorquina de Columbia. Tras cuatro años en la institución se licencio en químicas. Más estudios superiores le permitieron licenciarse en ciencias, artes y doctorarse en filosofía. Sus padres querían que se dedicara a la medicina, pero él sabía que su futuro estaba en la divulgación escrita.

Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Armada. Asimov, durante el conflicto bélico, trabajo para la marina estadounidense en unos laboratorios ubicados en Filadelfia. Cuando la guerra termino, Asimov abandono la armada y prosiguió sus estudios. En esta ocasión estudio Bioquímica en la universidad de Columbia, doctorándose en 1948.

Fue profesor universitario en la materia de Bioquímica durante casi 10 años (1949 a 1958) en la Universidad de Boston (era miembro del claustro de la Medical School de Boston desde 1949).

Se casó en dos ocasiones. Su primer matrimonio, con Gertrudis Blugerman, duro desde 1942 hasta 1970. Tuvieron dos hijos. Su segundo matrimonio (se casó con Janet Opal Jeppson) duro desde 1973 hasta la muerte del escritor en 1992. No tuvo descendencia con Jeppson.

Su obra más significativa (con permiso de sus relatos sobre la robótica), Fundación, encuentra su génesis en una serie de relatos publicados en Astounding Science Fiction entre 1942 y 1949. Aquellos relatos constituirán su Trilogía de las Fundaciones, compuesta de Fundación (1951), Fundación e Imperio (1952) y La segunda Fundación (1953).

Como escritor/divulgador fue, como decía con anterioridad, extremadamente prolífico. Llego a publicar más de 500 obras a lo largo de toda su carrera (sin contar sus cuentos cortos), lo que nos da un promedio (entre 1951 y 1992, años de su primera y de su última novela) de 12 obras publicadas al año.

Nightfall, relato corto publicado en 1941, fue votado en 1968 el mejor cuento corto de ciencia ficción de toda la historia por The Science Fiction Writers of America.

Acorde a la UNESCO, Asimov es el autor de ciencia ficción que más veces fue traducido a otra lengua. Si consideramos todos los géneros, está en la posición número 24, cerca de otros titanes de la literatura como Dickens y Hemingway.

Es el único escritor de ciencia ficción que ha quedado inmortalizado en el cielo: un cráter en Marte y un asteroide llevan merecidamente su nombre.

Algunas frases de Isaac Asimov:

La violencia es el último recurso del incompetente.
Leída cuidadosamente, la biblia es la fuerza más potente para el ateísmo jamás concebida.
Realmente, casi no es necesario que hagamos el bien. Lo que hace falta es que dejemos de hacer el mal, ¡caramba!
La frase más excitante que se puede oír en ciencia, la que anuncia nuevos descubrimientos, no es ¡Eureka! (¡Lo encontré!) sino es extraño…
Yo soy capaz de reconocer los aspectos positivos de la influencia de las religiones a lo largo de la historia. Por ejemplo, les debemos la creación de calendarios racionales que tan útiles han sido, aunque sinceramente, soy incapaz de recordar alguno más.