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La Historia Compartida – Lord Byron

Publicado el 12 febrero 2015 por César César Del Campo De Acuña @Cincodayscom

La Historia Compartida…Por César del Campo de Acuña

Sean bienvenidos una vez más a La Historia Compartida, la sección de www.cincodays.com dedicada a las breves biografías de las más variopintas personalidades de la historia. En esta nueva, y literaria entrega, les presento a uno de mis poetas preferidos.

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¿De quién hablamos?: de George Gordon Byron, sexto barón de Byron un poeta inglés considerado uno de los escritores más versátiles e importantes del Romanticismo nacido el 22 de enero de 1788 en Londres y fallecido el 19 de abril de 1824 en  Mesolongi, Grecia.

¿Por qué paso a la historia?: por ser la encarnación del héroe romántico, por su amor hacia los animales, por su peculiar personalidad y fundamentalmente por su extensa obra poética entre las que destacan Manfredo, la inconclusa Don Juan y La peregrinación de Childe Harold.

¿Sabías que…?: Nació con una deformidad en el pie derecho. Su evidente cojera, sorprendentemente, no le impidió ser un excelente deportista (brillo especialmente en el boxeo y en la esgrima) o realizar todo tipo de exhibiciones físicas. Nunca sintió vergüenza por su enfermedad y a todos aquellos que pretendían humillarlo por medio de la misma les decía: “Cuando un miembro se debilita siempre hay otro que lo compensa”.

Aunque nunca se llevó especialmente bien con su madre, dijo en más de una ocasión que la quería y que fue la única persona que le entendió. Se sabe que Byron llamaba a su madre La Viuda (el poeta quedo huérfano a los 3 años de edad) o Vieja, mientras que ella (Catherine Gordon) le llamaba pequeño diablo, cojo bribón o mocoso lisiado. Se sabe que su madre en alguna ocasión intento golpearle con un atizador. Byron describiría la relación que vivió con su madre Catherine como una aventura de golpes y besos.

A pesar de su estilo de vida despilfarrador y licencioso, Lord Byron fue un gran estudiante durante sus años universitarios. Su actitud le gano los apodos de buen chico y estudiante brillante. Fue durante aquellos años en la universidad de Cambridge cuando comenzó a verse su pasión por la escritura y comenzaron a aparecer sus primeros poemas.

Desde su más tierna infancia fue un hombre de vida licenciosa. Desde que su niñera, May Gray, abusó de él cuando tan solo tenía 9 años de edad, Byron dijo acostarse con más de 250 mujeres en un año (en su etapa en Venecia). Se dice que llego a mantener relaciones sexuales con su hermanastra (Augusta Leigh), con algunos adolescentes y que a modo de recordatorio de sus encuentros guardaba un mechón de pelo púbico de todas y cada una de las mujeres con las que se acostaba. Esta colección fuer guardada por la editorial que habitualmente le publicaba en Inglaterra hasta 1980, año en el que desapareció misteriosamente.

Otro de los rumores más extendidos entorno a su vida licenciosa y estrafalaria es el que contaba que Lord Byron bebía vino servido en una calavera. Dependiendo de quien lo contara la macabra copa podía estar hecha con los restos de un monje o con los de una de sus amantes.

A pesar de ser noble (sexto Barón de Byron) detestaba a la alta sociedad y a los que compartían su condición. Byron no dudaba ni un segundo en llamarlos hipócritas y en ponerse a favor de los débiles y marginados. Esta actitud, unido a sus escándalos, hicieron que fuera odiado por buena parte de la sociedad. Harto de rumores y de que se metieran en su vida sin ninguna consideración, Lord Byron abandonó Inglaterra para no volver nunca. Durante aquellos años se dedicó a viajar y en sus viajes se hospedo en casa de colegas de letras como el matrimonio Shelley. Se cuenta que uno de los principales instigadores para que Mary Shelley escribiera Frankenstein o el moderno Prometeo fue Lord Byron.

Es conocido el amor que Byron sentía hacia los animales. La frase: “Cuánto más conozco al hombre, más amo a mi perro “es suya y se sabe que en algún momento de su vida tuvo un zorro, monos, loros, gatos, un águila, un halcón, gallinas de Guinea, un cuervo, un tejón, gansos, una grulla egipcia, una garza y un oso (el cual metió en una residencia en la que se prohibían los animales domésticos). Pero su gran pasión fueron los perros. Fanny, una perra terrier; Thunder, un mastín, Nelson, y sobre todo, su mejor amigo, Boatswain, un Terranova nacido en 1803 al que dedico un monumento en su mansión cuando el can falleció en el que se puede leer:

Cerca de este lugar
reposan los restos de un ser
que poseyó la belleza sin la vanidad,
la fuerza sin la insolencia,
el valor sin la ferocidad,
y todas las virtudes del hombre sin sus vicios.

Este elogio, que constituiría una absurda lisonja
si estuviera escrito sobre cenizas humanas,
no es más que un justo tributo a la memoria de
Boatswain.

Se sabe que en uno de sus viajes por mar, durante una tormenta, vio como un perro se precipitaba desde la borda hasta el agua. Byron le dijo al capitán que diera la vuelta para rescatar al can. El capitán se negó en redondo y Byron, ni corto ni perezoso, salto desde la cubierta hasta las aguas embravecidas para salvar al animal. El capitán no tuvo más remedio que girar y recoger al poeta y al perro.

Falleció en Grecia (su querida Grecia, a la cual había acudido para lucha por su independencia) a los 36 años de edad a causa de un ataque epiléptico y los deficientes cuidados médicos de la época (le hicieron una sangría, a la que en un principio se negó, para sanarlo pero el resultado, como es evidente, no fue el esperado). Pidió que se le enterrara en el Rincón de los Poetas, en la abadía de Westminster, sin embargo, el Deán creyó que su mala fama no le permitía descansar junto a Chaucer o Edmund Spenser. Finalmente fue enterrado en el panteón familiar de Hucknall Torckard, tras llegar de Grecia a Inglaterra en una barrica de Cognac.

En 1938, sin motivo alguno, se abrió el ataúd para comprobar el estado del cadáver. Thomas Gerrad Barber, clérigo de la iglesia donde descansan los restos de Byron y testigo dijo: “Reverentemente, muy reverentemente, levanté la tapa, y ante mis ojos yacía el cuerpo embalsamado de Byron en perfectas condiciones como cuando fue depositado en el ataúd hace 114 años. Sus facciones y su cabello eran fácilmente reconocibles por los retratos con los cuales estaba tan familiarizado…Tenía los pies y los tobillos descubiertos y pude comprobar que su cojera se localizaba en el pie derecho.”

Algunas frases de Lord Byron:

  • Nunca aconsejéis a un hombre que desconfíe de una mujer con la que ya esté casado. Es demasiado tarde para él.
  • Sólo salgo para renovar la necesidad de estar solo.
  • Es fácil morir por una mujer; lo difícil es vivir con ella.
  • Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.
  • Siempre se interpone algo entre nosotros y lo que creemos que es nuestra felicidad.

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