Hoy, en la sección de Historias de las lectoras de esta semana te presento a Evelyn, una dominicana que ha vuelto a llevar su cabello natural y que hoy quiere compartir su relato con nosotros.
Leed con atención la historia de Evelyn, quizás alguna de vosotras se sienta identificada y le pueda servir como referente.
¡Hola! Mi nombre es Evelyn Contreras. Tengo 10 meses completamente natural luego de mi Gran Corte, pero antes, para que sepan todo lo que pasé hasta llegar a tomar esta decisión, aquí les dejo mi historia cabellística.
Como toda niña dominicana, esperaba con ansias mis 15 años para poder tener, y lucir, un pelo liso y largo, lo que significaba que, a partir de allí, pasaría de niña a “señorita”.
Estos plantes se vieron frustrados, ya que, a mis tiernos doce años, mi cabellera era tan abundante y larga (causa, según mi abuela, de que no echara una libra y fuera tan delgadita), que el peinarme era toda una odisea.
Para desenredarme el pelo había que lavármelo, y quedaba con el mismo peinado por una semana. Al no tener fuerzas mi abuela -con quien vivía- para desenredarlo, mi madre tomó la decisión de que ya era tiempo de desrizarme. A partir de ahí, todos los fines de semana eran de salón.
Luego de 8 años de “apalear” mi pelo con desrizados, secadores, blowers y químicos, no aguantó más y empezó a partirse, resecarse y caerse, lo que me estresaba mucho y empeoraba la situación. Empecé a usar extensiones porque no me sentía yo sin llevar el pelo largo, e imagínense: más maltratado aún.
Un día, cuatro años atrás, decidí por primera vez que lo dejaría crecer natural. Aguanté cuatro meses. En eso estuve dos años. En octubre de 2011, para hacer la decisión más drástica, me corté el pelo por encima de los hombros. Ya no habría vuelta atrás: iba a transicionar.
Los primeros meses iba al salón todos los fines de semana, porque trabajaba en oficinas y había que cuidar la imagen, pero el blower me estaba matando mis rizos. No seguí alisándome, pero no veía el crecimiento del pelo.
En marzo de 2012 vine a vivir a España. Sabía que aquí mi decisión se convertiría en irrevocable, ya que no tendría la presión de allá de llevar el pelo liso. Mientras mi pelo crecía me iba haciendo estilos para igualar las dos texturas, desde trenzas hasta nudos bantú, que fue lo que mejor me funcionó.
El esperar me desesperaba aún más, así que el 11 de agosto del 2012 le dije a mi novio que fuera conmigo a una peluquería, y allí me hicieron mi Gran Corte. Desde entonces soy feliz con mi pelo y mi nuevo estilo, ya que al mirarme al espejo me siento sexy y segura. Me siento yo misma.
Cuando empecé a dejar el alisado, lo primero que hice fue investigar todo lo relacionado con el cuidado del pelo rizado, así fue cómo encontré a Miss Rizos entre otras páginas a quienes sigo y agradezco, ya que me han servido de inspiración para amar cada día más mi pelo. Pero mi gran inspiración ha sido la hermana que me regaló la vida. Melina Montero, quien desde siempre, desde el principio estuvo allí para apoyarme aunque me echara para atrás, y hoy se emociona conmigo en cada nueva etapa. A ella van dedicadas estas líneas.
Una amiga que vive en República Dominicana (vivo en Madrid, y me encantaría conoceros a ti y a todas la blogueras naturales de España, ya que las sigo a todas) me invitó a administrar esta página con ella, y de vez en cuando comparto experiencias, peinados y pensamientos en Demente Natural.
Esta es la historia de Evelyn y su vuelta al cabello natural. Como veis, el big chop no es una decisión fácil de tomar. A veces tenemos claro qué queremos hacer, pero nos cuesta llegar a nuestro objetivo. Lo importante, no obstante, es que de una manera u otra, por un camino más fácil o más difícil, acabemos llegando.
Si tú, como Evelyn el resto de chicas que ya lo han hecho, quieres compartir tu experiencia en esta sección, envíame tu historia por mail con las fotos que prefieras; yo haré una composición y la publicaré también en el álbum de fotos de historias de las lectoras y en el tablero de Pinterest.
¿Qué te ha parecido la historia de Evelyn? ¿Qué tal si le dejas un comentario con tus impresiones? ¿Qué tal si compartes su historia en tus redes sociales?