No hay muchos escritores de la República Checa cuya obra se conozca mucho por el público español y latino. Por eso interesa inmediatamente este libro, que ya en su título indica su origen. Se trata de una curiosa novela compuesta por más de treinta capítulos que no dejan de ser historias con un mismo protagonista, Steiner, el narrador, que cuenta diferentes momentos de su vida. Al principio sigue un orden algo más cronológico que se abandona a medida que avanza el libro.
Por sus páginas desfilan los miembros de su familia, con su padre a la cabeza como verdadero co-protagonista, que siempre fue un futbolista con el número siete, sin importar en qué club jugara, pero también su abuelo, su abuela y, al final, su madre Además, sus amigos y una novia. Se desarrolla en una ciudad cercana a la frontera polaca y aproximadamente en los últimos treinta años del siglo pasado. El carácter fronterizo es interesante por la forma en que Fahrner alude a la época de la invasión soviética de 1968 de forma muy sugerente y sutil.
El relato comienza con una anécdota que podemos llamar «mítica»: así recuerda haber jugado al fútbol cuando era pequeño. Recuerda haber salido un día a jugar con dos amigos y haber tenido que volver a casa porque cayeron dos bombas cerca. Y cuando volví a jugar vi que todos habían desaparecido de su campo, así que siguieron jugando solos hasta la puesta de sol. Es una bonita historia que nos muestra el tipo de persona que tenemos entre manos: alguien que siempre ha estado muy vinculado al fútbol, incluso de niño; alguien que siempre ha vivido en un entorno donde había mucha gente como él.
En cierto modo, la historia recuerda a otro autor checo, Bohumil Hrabal; su libro Trenes rigurosamente vigilados también trata de trenes y presenta una atmósfera similar. Al tratarse de esa época, no podía faltar alguna referencia al régimen comunista. El narrador tampoco lo hace de forma crítica pero insiste en ello: son detalles más bien pequeños que incluyen también la posición favorable de algunos líderes tras la «revolución de terciopelo» que supuso el cambio de régimen. Un libro muy entretenido, escrito con gran sentido del humor y que tiene la apariencia de ser bastante autobiográfico; sobre todo por el amor entre el narrador y su padre, que tiene momentos de gran ternura.
Buen y original escritor checo. Trad. E.Gutiérrez. https://t.co/7o4U4WNoe8 en @sajalin_ed pic.twitter.com/YcEGntqC1U
— Carlos Ávila Bacaico (@CarlosAvilaBaca) August 9, 2022
LO QUE DICEN DE ESTO EN OTROS MEDIOS DE LA GALAXIA CONOCIDA
El paseíto de Steiner
El argumento del libro me recordó a otro autor checo, Bohumil Hrabal y su libro Trenes rigurosamente vigilados, porque hay una fuerte presencia de trenes y se crea una atmósfera similar. Como se trata de esa época, no podía faltar alguna referencia al régimen comunista. El autor hace su crítica con suavidad pero con seguridad. Incluye algunos pequeños detalles que también incluyen la posición favorable de algunos dirigentes tras la «revolución de terciopelo» que supuso el cambio de régimen. Es un libro muy entretenido, escrito con gran sentido del humor y que tiene la apariencia de ser bastante autobiográfico, sobre todo por el amor entre el narrador y su padre, que tiene momentos de gran ternura. (The Transmartian)
El libro de Steiner: Una pequeña novela sobre grandes problemas
Conozco a pocos escritores que, como los checos, seguro que tienen muchos y excelentes representantes. Por eso me intrigó de inmediato este libro cuyo título indica su origen. Se trata de una curiosa novela compuesta por más de treinta capítulos que no dejan de ser historias con un mismo protagonista, Steiner, el narrador, que cuenta diferentes momentos de su vida. Al principio sigue un orden cronológico que se abandona a medida que avanza el libro. (Chekos por la Galaxia)
https://avilabacaicoa.blogspot.com/2022/08/primera-obra-traducida-del-autor.html