Revista Coaching
Hoy quisiera compartir con vosotros una historia que hace unos años me enviaron para navidad y que en su momento tuvo (y sigue teniendo) un significado especial para mí.
Espero que tenga sentido para nosotros también y que os haga reflexionar sobre vuestro presente.
Había en la cumbre de una montaña, tres pequeños árboles juntos. Estaban hablando sobre lo que querían llegar a ser cuando fueran grandes.
El primer arbolito miró hacia las estrellas y dijo: "yo quiero guardar tesoros. Quiero ser un cofre o baúl, estar repleto de oro y ser llenado de piedras preciosas. Yo seré el baúl más hermoso del mundo".
El segundo arbolito, miró un pequeño arroyo que corría hacia el océano y dijo así: "Yo quiero viajar a través de aguas terribles y llevar reyes poderosos sobre mí. Yo seré el barco más importante del mundo".
El tercer arbolito, miró hacia el valle que estaba debajo de aquella montaña donde ellos se encontraban y vio a hombres y mujeres trabajando, niños jugando en este pueblo laborioso y dijo así: "Yo no quiero irme nunca de la cima de esta montaña. Yo quiero crecer tan alto que cuando la gente del pueblo se pare a mirarme y levanten su mirada hacia el cielo, pensaran en Dios. Yo seré el árbol más alto del mundo".
Así pasaron los años, las estaciones, llovió, brilló el sol y los arboles crecieron altos. Un día tres leñadores subieron a la cumbre de aquella montaña. El leñador miro al primer arbolito y dijo: "que árbol tan hermoso es este" y así con la arremetida de su hacha el primer árbol cayó "Ahora me deberán convertir en un hermoso baúl, deberé contener tesoros maravillosos." - pensó el primer árbol. El segundo leñador miro al segundo árbol y dijo "este árbol es fuerte, es ideal para mí". Entonces con su hacha el segundo árbol cayó. Así el segundo árbol pensó: "Ahora deberé navegar aguas terribles, deberé ser un barco importante para reyes terribles y poderosos". El tercero de los arboles sintió su corazón sufrir cuando el ultimo leñador lo miró, el árbol se paró derecho, alto, apuntando ferozmente al cielo. Pero el leñador ni siquiera miró hacia arriba y dijo: "cualquier árbol es bueno para mí" y así con su hacha brillante y afilada, el tercer árbol cayó. El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevó a una carpintería, pero el carpintero lo convirtió en una cala de alimento para animales de granja. Aquel árbol hermoso no fue cubierto de oro ni de tesoros, sino que fue cubierto con polvo de cortadora y llenado de alimento para animales de granja hambrientos. El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevo cerca de un embarcadero, pero ningún barco importante fue construido ese día. El árbol fue cortado y convertido en un simple bote de pesca. Era demasiado chico para navegar en el océano y fue llevado a un lago. El tercer árbol estaba confundido, el leñador lo cortó para hacer tablas fuertes y lo abandonó en un viejo almacén de maderas. "Que es lo que está pasando" se pregunto el tercer árbol. Entonces dijo: "Yo todo lo que quería era quedarme en la cumbre de la montaña y apuntar a Dios". Así pasaron muchos días y muchas noches. A los arboles ya casi se les había olvidado sus sueños. Una noche una fuerte luz de una estrella dorada alumbró al primer árbol, cuando una joven mujer puso a su hijo recién nacido en aquella caja de alimentos. El escucho "Yo quisiera haberle podido hacer una cuna al bebe, le dijo el esposo a su mujer. Ella le apretó la mano a su esposo y este sonrió mientras la luz de la estrella alumbraba la madera suave y fuerte de la cuna. La mujer dijo: "Este pesebre es hermoso", y de repente el primer árbol supo que contenía el tesoro más grande del mundo con él. Una tarde un viajero cansado y sus amigos, se subieron al viejo bote de pesca. El viajero se quedó dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente hacia a dentro del lago. De repente una impresionante y aterradora tormenta llego al lago; el árbol se sintió pequeño, se llenó de temor. El sabía que no tenía la fuerza suficiente como para llevar a todos aquellos pasajeros a salvo a la orilla con esa lluvia y fuerte viento. El hombre cansado, de repente se paró, levantó su mano hacia el Cielo y dijo: "Calma ", entonces la calma llegó, la tormenta se detuvo tan rápido como comenzó y así el segundo árbol supo que llevaba sobre el al Rey del Cielo y la Tierra. Un viernes a la mañana, el tercer árbol se extrañó cuando sus tablas fueron tomadas de aquel viejo almacén de maderas olvidado, se asustó al ser llevado a través de una impresionante multitud de personas enojadas; se llenó de temor cuando unos soldados clavaron las manos de un hombre en su madera, se sintió feo, áspero y cruel. Pero un domingo a la mañana, cuando el sol brilló y la tierra tembló con júbilo debajo de su madera, el tercer árbol supo que el amor de Dios había cambiado todo. Esto hizo que aquel árbol se sintiera fuerte y cada vez que la gente pensara en el, pensaría en Dios, eso era mucho mejor que ser el árbol más alto del mundo.
Que paséis una Feliz Navidad a lado de todos vuestros seres queridos y amigos cercanos, y un Próspero Año Nuevo.