Cuenta la leyenda, que hace muchos años, en una ciudad muy lejana, vivía un Dragón muy grande y muy peligroso, que tenía atemorizado a todo el pueblo. Cuando tenía hambre, arrasaba con todo lo que encontraba en su camino: frutas, verduras, carne, animales; y pronto, cuando todo se iba acabando, empezó a comerse a los niños. Todos los habitantes del pueblo estaban muy asustados, y no sabían cómo enfrentarse al Dragón.
Un día el Dragón se fijó en la hija del Rey. La Princesa sería la próxima víctima. El Rey estaba muy triste, no quería entregar a su hija, pero comprendía que no tenía otra opción. El Dragón se había comido a muchos niños de aquella ciudad, muchos padres habían perdido a sus hijos, así que el Rey no tuvo más remedio que dejar que su hija se marchara.
La Princesa, abandonó la ciudad para encontrarse con el Dragón y enfrentarse a su destino. Dejaba la ciudad atrás, triste, caminando despacio, cuando , de repente, apareció un caballero montado en un bonito caballo blanco que se llamaba Sant Jordi. La Princesa le contó al Caballero el motivo de su tristeza y Sant Jordi le dijo que no tenía de que preocuparse, que él se enfrentaría al Dragón.
Y San Jordi se adentró en el bosque, en busca de aquel temible Dragón, y cuando lo encontró, le clavó su espada. Con las gotas de sangre que derramó el Dragón, nació una bonita rosa, que Sant Jordi regaló a la Princesa.
Y está es la razón por la que los enamorados regalan un libro y una rosa el dia de Sant Jordi. El libro como símbolo de esta historia y la rosa como símbolo del amor.
Hoy os he querido contar la historia de Sant Jordi, más o menos como me la contó una amiga que es maestra, y que todos los 23 de abril se la cuenta sus peques. Es una historia de dragones, princesas y caballeros, que me gusta, porque nos permite contarsela a los niños, celebrar el Día del Libro de una forma especial, y sobre todo inculcar a los niños el amor por la lectura.
Y vosotros, ¿celebráis el Día del Libro o Sant Jordi de una forma especial?