La historia de un nuevo superhéroe: El corrector profesional de textos

Encuentras una errata en el libro que estás leyendo. Lo cierras y te preguntas: ¿es que nadie revisó esto antes de publicarlo?

Y no sólo los libros padecen esta enfermedad. Vivimos rodeados de textos. Textos a los que nadie excepto tú parece encontrar defectos. Los titulares del telediario, con minúsculas donde deberían ir mayúsculas, o viceversa; con tildes de más o de menos; con preposiciones inapropiadas. Los periódicos, los catálogos del supermercado… ¡hasta las latas de conserva o los paquetes de galletas!

Descubres errores tan graves que se te quitan las ganas de seguir leyendo… ¡o de salvar a la ciudad!

Sientes la tentación de enfundarte en un disfraz y convertirte en superhéroe para curar a todas las palabras mal escritas de las faltas ortográficas y gramaticales que las aquejan. De darles un respiro, para que vuelvan a brillar como lo que son: expresión pura del pensamiento.

Sin embargo, a tu alrededor nadie parece darle la importancia debida a estos males menores. «¡Qué más da! Si se entiende así», alegan. O «Nadie más que tú se da cuenta».

Pero tus entrañas se rebelan en busca de un plan… Sabes que las palabras sufren y se arrastran, mal escritas por el mundo. Y solo tú puedes salvarlas.

Eso sí: desde las sombras. El tuyo será un trabajo invisible, que nadie sabrá valorar. Un trabajo que cada día te pondrá contra las cuerdas de tu propia ignorancia, haciéndote dudar: te encontrarás con expresiones que no sabes si son correctas o no; con palabras moribundas difíciles de sustituir, o cuyo tratamiento desconoces…

Deberás aprender una y mil normas; acudir sin cesar a los libros académicos que deberían contener todas las respuestas. Y estudiar múltiples manuales, defensores de unas normas y detractores de otras…

Y tras todo ello, te enfrentarás a adversarios invencibles y deberás superar grandes pruebas para demostrar tu valía. Te batirás en justas dialécticas, empuñando tus conocimientos como lanza y tu experiencia como adarga. El superhéroe lucha escondido, velando por el bienestar de la ciudad. Pero nadie dijo que su oficio fuera a ser comprendido por todos. Es un trabajo solitario, minucioso y lleno de peligros. Pero alguien tiene que hacerlo.

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Carmen Cremades Rubio
Diploma de Formación y Actualización en Edición: Desarrollo de Proyectos Editoriales Ver perfil