Ayer mi amiga Luci me habló de este corto sobre la historia del agua embotellada. Yo nunca he tenido la necesidad de comprar agua embotellada la verdad, siempre pensé que era tontería teniendo el agua del grifo. He bebido siempre el agua del grifo y nunca me ha pasado nada. A veces quedaba como una cutre cuando por ejemplo, en una ruta o paseo playero ofrecía agua y luego tenía que especificar que era del grifo, por si a alguien le daba repelús. Después de ver este corto me siento contenta de haber seguido a mi instinto y me confirma la idea que comprar agua embotellada es una tremenda gilipollez, además del impacto medioambiental que supone la cadena de producción y eliminación de esas botellas de plástico. Son ocho interesantes minutos que nos hacen pensar.