Hay ocasiones en las que un título puede sugerir mucho de lo que se va a ver en una película. Quien no recuerda 'Tiburón', por poner un ejemplo gráfico. Pues bien, Imaginad lo que se le puede pasar por la cabeza a uno cuando va a ver una película que se llama ' La historia del amor'. Antes de que empezara tenía cierto temor, pero confiaba en el buen hacer de Radu Mihaileanu, director que me encandiló con la vivaz 'Le concert'.
La película nos sitúa en distintos planos en el tiempo y el espacio; del Nueva York de nuestros días a la Europa asolada por la persecución a los judíos y la guerra. A su vez, existen varias tramas que se entrelazan a lo largo de las décadas, otras no. Desde luego que en 'La historia del amor' el tema sobre el que giran todos los personajes es el amor, pero, ante todo pronóstico, el edulcoramiento no pasa de unos niveles aptos hasta para los fans de Rocky Balboa.
No solo se nos presenta una película de título grandilocuente -culpa de la novela en la que se basa-, también las pretensiones de la acción son de altos vuelos. El paso del romanticismo a la gracia ligera; de un dúo que pretende ser cómico a una especie de drama adolescente bastante vago y algún que otras idas y venidas, convierten la cinta en un batiburrillo en el que curiosamente lo que más falta es ese amor del que hace gala el título.
Poco o nada aporta 'La historia del amor' en lo que se refiere a la historia del cine romántico; quizás tampoco a otros géneros. No obstante, y a pesar de un metraje un tanto excesivo, creo que cualquier persona de edades comprendidas entre los 18 y los 70 será capaz de verla entre cabezadas cuando llegue a la parrilla televisiva. No le auguro un espacio muy importante en el recuerdo de los que vayan al cine a partir del próximo día 22, pero quién sabe, para gustos...