Revista Cultura y Ocio

La historia del árbol de Navidad

Publicado el 25 diciembre 2013 por Albilores @Otracorriente

Árbol navidad

El árbol de Navidad, uno de los elementos decorativos típicos de las fechas navideñas, tiene unos orígenes inciertos. Se cree que cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios escandinavo del sol y la fertilidad, adornando un árbol de hoja perenne en una fecha próxima a la Navidad cristiana. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo, llamado Yggdrasil y cada una de sus partes simbolizaba una cosa diferente. En la copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín); y en las raíces más profundas estaba Helheim (el reino de los muertos). Posteriormente, con la evangelización de esos pueblos, los nuevos cristianos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, pero cambiándole totalmente el significado.
Otra interpretación que se hace de este árbol es que el 25 de diciembre es la fecha observada por los paganos de la antigüedad como el día del nacimiento del hijo de la Diosa de los cielos, asociado con Nimrod y el dios del sol. Así que, con el fin de convertir a los pueblos paganos al cristianismo, la Iglesia Católica, estableció el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús y en lugar de celebrar el nacimiento de un dios pagano, se estaría celebrando el del dios judeo-cristiano.

Por otra parte, se dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor), y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las luces, se transformaron en esferas y otros adornos.

Posteriormente se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol de Navidad, enviados por los San Nicolás o los Reyes Magos, dependiendo de la tradición de la zona donde se encuentre.

Es posible que el primer árbol de Navidad, como se conoce en la actualidad, surgiera en Alemania, donde se implantó por primera vez en 1605, comenzando así su difusión. A Finlandia pudo haber llegado en 1800, mientras que a Inglaterra probablemente lo hiciera en el primer tercio del XIX ya que se vio por primera vez en 1841 colocado en el Castillo de Windsor, de la mano del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria.

En España, la costumbre de adornar un árbol en los hogares fue traída por una mujer de origen ruso llamada Sofía Trubetskaya, quien, después de enviudar del duque de Morny, hermanastro de Napoleón III, contrajo segundas nupcias con el aristócrata español Pepe Osorio, uno de los mayores promotores de la Restauración Borbónica que permitió reinar a Alfonso XII. Por ello, parece ser que la primera vez que se colocó un árbol de Navidad en España fue en Madrid durante las navidades de 1870 en el desaparecido palacio de dichos nobles, el palacio de Alcañices, ubicado en el Paseo del Prado.

Actualmente, pese a que se supone que es un elemento de la tradición pagana escandinava, la tradición cristiana identifica  el árbol de Navidad con el árbol del Paraíso, de cuyos frutos comieron Adán y Eva, de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda que Jesucristo ha venido a ser el salvador de los hombres. También representa al árbol de la vida o la vida eterna, por ser de hoja perenne. Además, la forma triangular del abeto podría representar la Santísima Trinidad.

Hoy día, en nuestras sociedades occidentales nada tiene que ver el árbol de navidad y sus adornos con sus orígenes paganos ni con su significado religioso que le otorgó posteriormente la iglesia católica en su afán por hacer cristiana una tradición propia de los pueblos del norte de Europa. Simplemente constituye un mero elemento decorativo, con un fin más comercial que otra cosa, que se une a otros muchos de los que vemos durante estas fechas.


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