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La historia del bolígrafo de la NASA

Publicado el 11 abril 2011 por Equagliano @quiquequagliano

Una vez más, el excelente Microsiervos vienen a nuestro rescate con la verdad sobre una leyenda urbana.

La leyenda en cuestión dice que tras los primeros vuelos espaciales tripulados, la NASA noto que los bolígrafos comunes no funcionaban en el espacio. Decidió entonces diseñar uno que sí lo hiciera, y que gastó en ellos una cantidad de dinero exorbitante; algunos hablan de un millón de dólares. La historia incluye el supuesto ingenio a toda prueba de los soviéticos, que habrían resuelto el problema entregándoles lápíces a sus cosmonautas. Pero en realidad la NASA nunca hizo tal cosa.

La historia de la lapicera de la NASA

Pero la cosa en realidad es así: durante los primeros vuelos, los astronautas de la NASA usaron lápices. Luego, para las misiones Géminis encargaron lápices mecánicos a la empresa Tycam Engineering Manufacturing, Inc. a un precio de 128,89 dólares de la época por unidad. Como era un precio exagerado -equivaldría a unos 900 dólares a precio actual por lápiz- la NASA se decidió por otros más baratos.

Para la misma época, la Fisher Pen Co. gastó cerca de un millón de dólares de sus fondos en el diseño de un bolígrafo capaz de funcionar en condiciones de ingravidez, bajo el agua u otros líquidos, y en un rango de temperaturas que iba de los -45,5 a los 205,5 celsius. Luego lo patentaron y lo comercializaron con el nombre AG7, y en 1965 se los ofreció a la NASA, que finalmente encargó en 1969 unos 400 bolígrafos para los astronautas del programa Apolo a un precio de 6 dólares por unidad.

La Unión Soviética también compró 100 de estos bolígrafos junto con 1.000 cargas en febrero de 1969 para sus misiones Soyuz, aunque con anterioridad sus cosmonautas sí usaban lápices.

Fuente: Microsiervos

 


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