Ubicada entre la Selva Negra y el valle del Rin, la pequeña ciudad alemana de Baden-Baden se extiende a lo largo del curso fluvial del río Oos. A finales del siglo XIX, en los tiempos de la Belle Époque, esta ciudad señorial era conocida como la 'capital de verano de Europa', ya que se convirtió en la residencia de verano de nobles, ciudadanos y artistas franceses, alemanes y rusos. Merece la pena viajar a Baden Baden.
Inspiración para grandes artistas
Clara Schumann, célebre pianista y compositora alemana; Héctor Berlioz, compositor francés y figura destacada del romanticismo; Johannes Brahms, compositor, pianista y director de orquesta alemán, y Fiódor Dostoyevski, escritor ruso, fueron algunos de los artistas que encontraron en esta ciudad un lugar de creatividad e inspiración.
Hoy en día, Baden-Baden sigue conservando ese aroma ostentoso y elegante que le ha dado fama a nivel internacional. Esta coqueta ciudad alemana es un paisaje urbano verde unificado, donde la cultura sigue prosperando, ya que cuenta con las actividades tradicionales que colmaron los deseos de la exigente burguesía europea de finales del siglo XIX.
Todos los rincones de la urbe situada al suroeste del país germano rebosan cultura y esconden una infinidad de posibilidades de ocio. Las famosas Termas de Caracalla, el Festspielhaus, el segundo lugar más grande de Europa para la ópera y conciertos, o el Casino de Baden-Baden, son algunas de las reliquias que aún dominan el paisaje urbano de la ciudad.
Casi 200 años después de su apertura en el clasicista Kurhaus, el Casino de Baden-Baden es uno de los establecimientos de juego más tradicionales y conocidos del continente europeo.
Con el auge de la ciudad balneario de Baden-Baden a finales de los siglos XVIII y XIX, también creció la necesidad de instalaciones de baño y salas de entretenimiento adecuadas para el creciente número de visitantes.
El Casino de Baden Baden destaca por su diseño señorial y majestuoso.
El arquitecto alemán Friedrich Weinbrenner capitalizó la reputación de la ciudad de Baden-Baden con un nuevo distrito de spa neoclásico. Tuvo la idea de construir una nueva casa de juego. La construcción del nuevo distrito de spa, alejado del centro histórico de la ciudad, se inició en 1821 por la decisión de Luis I, Gran Duque de Baden desde 1818 hasta su muerte en 1830, de construir la casa de juego (conocida hoy en día como Kurhaus)
A raíz de la construcción, que se completó en junio de 1824, la vida social de la pequeña ciudad alemana experimentó un impulso decisivo, convirtiéndose en uno de los balnearios más importantes de Europa.
La época dorada del Casino Baden-Baden
En 1824, Antoine Chabert, un hombre de negocios de origen francés, adquirió la licencia del Casino de Baden-Baden por 15 años. Aunque el propietario de la casa de juego era el responsable del programa de eventos, Chabert parecía interesado solo en las ventas.
Tras recibir varias licencias para gestionar cuatro casinos en el Ducado de Nassau, el hijo y socio de Chabert, Joseph Antoine Chabert, se encargó de la dirección del establecimiento de juego de la ciudad alemana.
En enero de 1838 se puso fin a la era Chabert y comenzó la etapa de Jean-Jacques Bénazet, que duraría casi 30 años y convirtió a la urbe en la 'capital de verano de Europa'.
Tras la prohibición del juego por parte de Luis Felipe I de Francia en 1837, Jean-Jacques Bénazet se vio obligado a buscar un nuevo campo de actividad. La cercanía de Baden-Baden con el país francés atrajo al empresario, que obtuvo la licencia de casino en 1839.
Además de la gestión de la casa de juego, que amplió durante los siguientes 10 años, Bénazet centró sus esfuerzos en aumentar el atractivo de la ciudad alemana, mejorando la oferta cultural y también los balnearios, para atraer a sus compatriotas franceses, así como a personas adineradas de otros países europeos.
Pasear por Baden Baden es hacerlo por una ciudad balneario de las más importantes de Europa.
El casino más caro del mundo en la actualidad
El Casino Baden-Baden transformó a la pequeña joya alemana en un destino para la relajación y el placer. Por sus salas han pasado cientos de personajes ilustres como León Tolstói, novelista ruso, Guillermo I de Alemania, rey de Prusia y emperador del país germano, o Fiódor Dostoyevski, escritor ruso que se inspiró en el establecimiento de juego para crear su famosa novela El jugador.
Durante mucho tiempo, el Casino Baden-Baden fue el punto de encuentro social de grupos predominantemente aristocráticos de la élite europea. Sin embargo, hoy en día está abierto a todos los visitantes.
Marlene Dietrich, actriz y cantante alemana, bautizó el Casino Baden-Baden como el más bonito del mundo. El establecimiento de juego alemán ha mantenido la esencia y la decoración de la Belle Époque, con candelabros de cristal, espejos con marcos dorados y mesas de ruleta que llevan más de 200 años girando.
Más allá de la ruleta, los aficionados a los juegos de azar pueden encontrar modalidades clásicas como el blackjack, las máquinas tragaperras o el póker. De esta forma, los jugadores que quieran disfrutar de variantes de juego más modernas, como el póker h.o.r.s.e, deben acceder a los casinos online, que están teniendo mucho éxito en nuestro país.
El Casino Baden-Baden es uno de los establecimientos de juego con más historia de Europa, así como el casino más caro del mundo en la actualidad. Un lugar imprescindible para cualquier aficionado a los juegos de azar, ya que, además de contar con todas las modalidades de juego, permite a los visitantes sentirse uno de los jugadores de la alta sociedad de antaño.
Aquellos visitantes que no estén interesados en el juego tienen la oportunidad de visitarlo y recorrer sus rincones como turistas, y, si es posible con una visita guiada para conocer las historias y las anécdotas de las personalidades que pasaron por sus emblemáticas salas. Una experiencia única que merece la pena vivir en la ciudad balneario más famosa de Alemania.
Soy periodista y experto universitario en protocolo. He trabajado en diferentes medios de comunicación como 20 minutos, Las Provincias o Diario 16. Ahora ejerzo labores de community manager, colaboro en blogs y publicaciones digitales. Autor del libro 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Roma'.